¿Qué pasa en el cuerpo después de aplicarse la vacuna COVID-19? ¿Siempre deben ocurrir efectos secundarios o es normal no tenerlos?
Lo usual de conocer las reacciones post aplicación de las vacunas es prepararse para lo que se puede experimentar. Pero, también es posible que no haya efectos secundarios y causen preocupación.
¿Si no tengo efectos secundarios tras la vacuna quiere decir que no hizo efecto?
Esta es la duda principal. Y no porque las personas quieran sentir malestares, sino porque una de las explicaciones que se da a la presencia de reacciones después de las vacunas es que el sistema inmune se está activando.
Sin embargo, no siempre las vacunas producen síntomas normales de acuerdo con los Centros par el Control y la Prevención de Enfermedades, CDC, como:
- fiebre,
- dolor e hinchazón del área de vacunación,
- escalofríos,
- dolor de cabeza
- o cansancio.
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La realidad es que aunque se esperan estas reacciones no son un indicativo de que la vacuna está funcionando. Si bien es normal que el organismo tenga una respuesta inmune por el antígeno, también es normal que la respuesta no se traduzca en efectos secundarios.
Hasta ahora, no hay evidencia que relacione la reacción post vacuna con la respuesta a largo plazo que determina la verdadera efectividad de la vacuna frente al virus. Los científicos explican que cada persona reacciona de manera diferente a cualquier fármaco. Puede intervenir además:
1. La edad; usualmente las personas más jóvenes registran más efectos secundarios.
2. Predisposición a recibir la vacuna, cuando de antemano alguien teme a las reacciones y se llena de estrés o ansiedad.
3. La técnica aplicada al momento de recibir la vacuna por parte del profesional.
4. Los cuidados posteriores para evitar malestares, como la toma de acetaminofén, o colocarse hielo en área vacunada.
En el caso de las vacunas Covid de Pfizer o Moderna, más del 90% de las personas inmunizadas desarrollaron una respuesta inicial conocida como adaptativa, pero solo cerca del 50% desarrollaron algún efecto secundario leve.
En conclusión, no se puede medir la eficacia de la vacuna por las reacciones que genere en cada persona.