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A cuatro años del paso de la pandemia del coronavirus (COVID-19) y todavía seguimos experimentando sus efectos en la salud física y en la salud mental. No porque la inmediatez de la pandemia haya pasado significa que se ha sanado todo lo trastocado. Todavía hoy en día estamos viendo los efectos que ha causado y sigue causando en la salud mental.

Desde la pandemia, hemos visto un aumento significativo de personas sufriendo de depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, violencia doméstica, personas con ideas suicidas, entre otras condiciones emocionales.

En el orden de lo médico, muchas citas de prevención se pospusieron y asuntos que pudieron haberse detectado en etapa temprana, hoy se atiende en estado más avanzado.

El cambio súbito de hábitos, el aislamiento, el miedo al contagio, la pérdida de personas amadas, pérdida de trabajo y de rutinas que sostenían nuestro diario vivir, son algunos de los factores que pueden estar asociados al aumento de condiciones emocionales.

¿Qué podemos hacer para atender la situación actual? 

1) Retome el control de su salud

El primer paso es identificar cómo mi vida emocional y salud física se han visto afectadas por la pandemia. Comenzar a hacer las citas de rutina médica que posiblemente quedaron olvidadas.

2) Recuerde que es importante cuidar de nuestra salud mental

Identificar cualquier molestia emocional y visitar un profesional de la salud mental para comenzar a trabajar en el estado de ánimo es un primer paso para atender nuestra salud. Nunca es tarde para buscar ayuda profesional y comenzar a vivir una vida con calidad y balance.

La búsqueda de ayuda profesional es importante para ayudar a aliviar síntomas de depresión y ansiedad, o cualquier otra condición emocional que puedan estar enfrentando. Mientras más rápido se busque ayuda, puede acortar el proceso de tratamiento.   

3) Aliméntese saludablemente

Tanto la salud física como la salud mental se benefician de una alimentación regular y balanceada. Es decir, tres comidas separadas y dos meriendas durante el día.

4) Valore sus horas de sueño

Proteger un patrón de sueño regular es otro elemento clave para una buena salud física y mental. Dormir entre 7 y 8 horas diarias, particularmente en la noche, protege nuestro sistema inmunológico, provee energía, ayuda con la concentración y con el estado de ánimo. 

Otras alternativas para mejorar nuestra salud emocional y física son:

  • Estructura: Crear una cierta estructura puede ayudar a dar un cierto sentido de estabilidad y seguridad.
  • Proyectos: Desarrollar proyectos en el hogar puede ayudar a mantener la mente ocupada. Estos pueden incluir proyectos de limpieza, organización, crear un jardín, y/o decoración, entre otros. 
  • Ejercicio: El ejercicio puede ayudar a liberar el estrés. Caminatas a solas o ejercicios dentro del hogar pueden ser alternativas.
  • Entretenimiento: Buscar formas de entretenimiento y diversión es otra manera de liberar el estrés, como puede ser la música, dibujo, lectura, ver películas o programas de entretenimiento. 

Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información, pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría