La agresividad es una conducta que proviene de un lugar de frustración cuando no somos capaces de expresar y canalizar las emociones de forma apropiada.
En la actualidad vivimos en un mundo bastante violento que utiliza la agresión física y verbal para descargar las frustraciones. Para aquellas madres y padres que están criando sus hijos, resulta una tarea difícil protegerlos de la violencia y prevenir que adopten estas conductas. Por ello ofrecemos algunas recomendaciones para prevenir la agresión y la violencia en los niños.
El aprendizaje comienza desde el hogar
Las conductas se aprenden a través de lo que se observa. Un hogar libre de violencia puede proveer una buena base para conductas saludables. Es importante ser cuidadosos cómo interacciones entre los miembros del hogar y estar vigilantes a prevenir conductas violentas entre hermanos.
Exposición a la violencia
Hay estudios que demuestran que exponer a niños a actos violentos, aumenta la probabilidad de que repitan las conductas violentas. Los programas de televisión y juegos electrónicos son otras avenidas que exponen a los niños a la violencia. Es importante seguir las guías de clasificación de los programas y ejercer el juicio propio del contenido de los programas y juegos a los cuales los niños tienen acceso.
Cero tolerancia a conductas agresivas
Hay que detener cualquier conducta agresiva que sea observada en los niños. El dejar pasar alguna conducta violenta porque nos pueda parecer “insignificante” o “graciosa” envía un mensaje equivocado a los niños. Esta intervención debe ir acompañada de mostrarle al niño o niña otras formas alternas de manejar sus emociones y/o sus frustraciones.
El castigo físico como violencia
El castigo físico refuerza la conducta violenta. Hay otras maneras de mostrarle a los hijos otras maneras de manejar sus emociones y conductas.
¿Violencia como defensa?
A veces se puede pensar que hay que enseñarle a los niños a ser violentos como una forma de equiparlos para que se defiendan de los maltratos de otros. No hay que usar la violencia para hacer valer los derechos que tenemos como seres humanos. Podemos enseñarles a ser asertivos, es decir, a expresar sus necesidades y sus emociones de forma clara y establecer sus límites. Esto aplica tanto para las niñas como para los niños.
No hay que establecer una diferencia, aceptando agresividad en los varones pero no en las niñas. La violencia no es sana para ninguna persona, no importa su sexo. Ayudemos a desarrollar niños sanos emocionalmente. Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.