El árnica es una planta cuya flor se parece a la margarita y de la cual se obtienen diferentes presentaciones de productos medicinales, pero ¿para qué sirve?
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Esta medicina natural se usó desde la antigüedad como un antiinflamatorio. Se considera un remedio de las abuelas de esos imprescindibles cuando hay niños, deportistas o adultos mayores en casa.
¿Para qué sirve el árnica según sus propiedades?
El uso del árnica es seguro cuando se aplica sobre la piel en bálsamos, geles o aceites. Sin embargo, cuando se ingiere es tóxico para la salud y puede producir náuseas, vómitos y problemas cardíacos. En mujeres embarazadas conduciría a un aborto espontáneo. La forma segura en que puede ingerirse vía oral es a través de pastillas homeopáticas que tienen una concentración de árnica diluida.
- Antiinflamatorio. La dosis de helenalina que contiene ayuda a bajar la hinchazón y moretones por traumatismos, golpes y contusiones. Por otro lado, reduce la inflamación en los tejidos después de una cirugía. También ayuda a reparar músculos y ligamentos por lo que se le conoce como "la flor de los deportistas".
- Analgésico. Al mismo tiempo que desinflama ayuda a aliviar dolores de cabeza, articulares y musculares. El árnica es usado en personas con artritis para mejorar el movimiento por la rigidez y aliviar el dolor en las articulaciones.
- Antibacteriana o antimicrobiana. Gracias a su poder cicatrizante evita que las bacterias se desarrollen y agraven lesiones. En su lugar, permite aliviar irritaciones rápidamente.
- Anticoagulante. El árnica estimula la circulación y ayuda a eliminar várices, hemorroides y hematomas.
- Antioxidante. Su contenido en flavonoides, ácidos fenólicos y otros antioxidantes evita las estrías, el acné y el envejecimiento de la piel.