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Los niños entre 1 a 3 años suelen morder. Esta es una conducta esperada para estas edades. La causa de este comportamiento puede tener orígenes muy variados. En primer lugar, puede ser una respuesta a las molestias de la dentición. Así mismo, los niños pueden morder como medio para explorar y para observar las consecuencias de su acción. Las mordeduras también constituyen una forma de expresar sus sentimientos o de llamar la atención, ya que no han desarrollado las habilidades lingüísticas para comunicarse efectivamente. Aunque es una conducta esperada, no es la ideal, sobre todo si es persistente. Este tipo de comportamiento no debe ser ignorado por los padres. Por el contrario, debe ser educado. A continuación se presentan algunos consejos para moderarlo:

1. Mantenga la calma:
Es cierto que morder es una conducta que debe ser desalentada. Sin embargo, gritar, regañar o castigar al niño no son las mejores maneras de detener este comportamiento. Manifiéstele de forma firme, mas no intimidante, que morder no está permitido. Así mismo, explíquele con un leguaje sencillo y sin muchas complicaciones que cuando muerde a la otra persona le duele.

2. Ponga al niño en tiempo fuera:
Esta es una medida altamente efectiva en este tipo de situaciones. Apartar al niño de la situación sirve alejarlo de algún reforzador que intensifique este tipo de conducta. Un minuto por año de edad es el tiempo recomendado.

3. Ofrezca alternativas:
Una vez que la situación haya pasado, converse con el niño. Explíquele que las cosas se solucionan hablando. En este sentido, proporciónele algunas palabras sencillas a través de las cuales pueda comunicar sus sentimientos. A medida que el niño desarrolle su vocabulario, las mordidas tienden a desaparecer.

4. Distraiga al niño que ha mordido:
Invite al niño a realizar otras actividades, sin que esto sea un reforzador positivo de la conducta. Simplemente, evite hacer un escándalo de lo sucedido. La actuación del adulto tiene un papel sumamente importante. Si se le da mucha atención a lo sucedido, es probable que el niño lo vuelva a hacer.

5. No obligue al niño a disculparse:

A menos que el niño ya haya entendido que lo que hizo no está bien, no lo obligue a excusarse con la persona a la que ha mordido. Esto solo enseñará al niño a mentir. Además, entenderá que con decir “lo siento” podrá escapar de las consecuencias de sus actos.

6. Aplique consecuencias:
Si la conducta es persistente, la pérdida de privilegios puede ser una buena alternativa para modificarla. Dejar de jugar con un juguete o con un niño, por unos minutos puede ser una medida efectiva.

7. Anticípese a las situaciones en las que el niño pueda poner en práctica esta conducta:
Si su hijo esta pasando por el proceso de dentición procure tener a la mano un peluche o un panal de tela que el niño pueda llevar a la boca, en vez de morder a alguien. Así mismo, evite situaciones en las que el niño pueda irritarse al punto de morder. Respetar los horarios de la comida y de sueño pueden evitar las mordeduras. Manténgase siempre alerta cuando el niño juegue con otros compañeros, sobre todo si es propenso a morder.

8. Brinde suficiente atención al niño:
En algunos casos, los niños muerden para llamar la atención. Pasar tiempo de calidad haciendo actividades significativas como leer o jugar, puede ser el ingrediente necesario para que el niño no muerda para llamar la atención.

Recuerde que los niños aprenden por imitación. Morderlos cuando han mordido para ensenarles que duele, no es remendable bajo ningún concepto. Modificar esta conducta a tiempo es necesario para evitar que tenga un impacto en el desarrollo de sus relaciones sociales.

Para más información consulte: HealthyChildren

Licenciada Summa Cum Laude en educación preescolar con 6 años de experiencia como maestra y psicopedagoga. Egresada de Artes Culinarias con 3 años de experiencia como sous-chef y una especialización...