En numerosas ocasiones se trata a los niños como adultos, sin considerar las características propias de su edad. Por esta razón, su conducta no es la esperada. Los adultos se preguntan con frecuencia por qué deben repetir las cosas una y otra vez. El oír y seguir las instrucciones son competencias que se desarrollan en los niños a través de experiencias e interacciones en su vida cotidiana. Existen múltiples razones por las cuales los niños no siguen las instrucciones dadas por los adultos. A continuación se presentan consejos para dar instrucciones de forma efectiva a los niños:
• Use todos los sentidos:
No todos los niños captan de igual forma los estímulos externos. Normalmente se acostumbra a dar las instrucciones de forma verbal. Es por esto que resulta provechoso involucrar estímulos visuales y cenestésicos, además de los auditivos, a la hora de dar instrucciones. Esto ayudará a que, sin importar cual sea la forma predominante del niño para registrar la información, éste sea capaz de captar lo que se le está pidiendo.
• Busque la atención del niño:
El contacto es fundamental a la hora de dar instrucciones. Evite dar las instrucciones a distancia. De esta forma se asegurará que el niño está atendiendo a lo que se le pide y que no está concentrado en otra actividad.
• Use un lenguaje sencillo pero formal:
Escoja de manera acertada las palabras que escogerá para dar la instrucción. Utilice palabras que sean fáciles de entender por el niño y evite el uso de lenguaje técnico. Es importante resaltar que, aunque se use un lenguaje sencillo, este debe ser correcto. Llamar a las cosas por su nombre es de gran importancia para ayudar al niño a comprender lo que se le dice en diferentes contextos. En este sentido prescinda del uso de palabras mal dichas por los niños, aunque le produzca ternura y diversión. Así mismo, procure utilizar las palabras correctas, en vez de sustituirlas por otras inventadas que sean más fáciles de pronunciar.
• Chequee que la instrucción haya sido entendida:
Usualmente se da la instrucción esperando una respuesta inmediata del niño, sin embargo, muchas veces esto no ocurre. Esto puede deberse a que el niño no ha comprendido lo que debe hacer. Es de gran importancia no dar instrucciones vagas o imprecisas. Por esto, es importante preguntar al niño qué debe hacer luego de haber dado la instrucción. Brinde la oportunidad para que el niño explique con sus propias palabras lo que debe hacer.
• De una instrucción a la vez:
Dar múltiples comandos al mismo tiempo reduce exponencialmente la posibilidad de que alguno de estos sean cumplidos. Por el contrario, aumenta la posibilidad de que el niño se confunda y, en consecuencia, no realice lo que se le pidió. Opte por dar instrucciones de un solo paso. Una vez que esta sea cumplida indique lo próximo que debe hacer. A medida que el niño vaya creciendo, puede incrementar el número de pasos a realizar en una sola instrucción.
• Plantee las instrucciones usando un lenguaje positivo:
Normalmente se le indica al niño aquellas cosas que no debe hacer, en vez de manifestar la conducta que se espera de él. Muchas veces los niños actúan de la forma en la que lo hacen porque no conocen las alternativas que tienen para actuar. Indicándole la conducta que se espera de él, ayuda a disminuir los niveles de ansiedad y a construir una serie de códigos de comportamiento.
• Sea constante:
Es indudable que para los adultos es muy frustrante que sus instrucciones no sean obedecidas. Hay que entender que la adquisición de la capacidad de escuchar y seguir instrucciones es un proceso. Durante el mismo se presentaran obstáculos, sin embargo, es importante darle seguimiento a las instrucción dada. Recuerde ser paciente y debe evitar atropellar los tiempos del niño. Muchas veces el adulto, siempre con prisa, termina las acciones que fueron asignadas al niño. Es recomendable dar la instrucción una sola vez y dar tiempo al niño para que realice la tarea solicitada. Cuando se repite una instrucción muchas veces, el niño puede interpretar que no debe hacer caso la primera vez.
Adquirir la capacidad de escuchar y seguir instrucciones es un proceso. Siguiendo estas recomendaciones se puede lograr un desarrollo adecuado de este hábito en los niños. Como adulto escoja sus batallas, asigne tareas que realmente sean de importancia y que el niño esté en la capacidad de cumplir. Por último, no olvide reforzar positivamente al niño cuando cumpla una instrucción. Un elogio puede ser suficiente para que el niño adquiera una buena conducta.