La adolescencia es una etapa del desarrollo humano en la que el individuo descubre su propia identidad y su autonomía individual. Esto conlleva a que los adolescentes se encuentren ante ciertos conflictos, pues se es demasiado grande para desempeñar el rol del niño, pero muy pequeño para desarrollar el del adulto. Durante esta etapa tienen lugar numerosos cambios a nivel físico, pero sobe todo a nivel cognitivo y emocional.
Los adolescentes, en un intento de poner en uso su autonomía, toman distancia de sus padres. Por el contario prefieren pasar más tiempo con sus pares. Así mismo, comienzan a pensar en el futuro y a decidir que quieres estudiar, en qué quieren trabajar dónde quieren vivir, entre otros aspectos. Para tomar estas decisiones, los adolescentes, deben explorar cuáles son sus fortalezas y sus debilidades. Ésta búsqueda de la propia identidad, lleva al adolescente a experimentar con ideas y conductas riesgosas, vistas como una oportunidad para el desarrollo y el crecimiento personal. Esas conductas de riesgo conllevan una excitación fisiológica placentera inmediata, pero normalmente expone al adolescente a perjuicios para su salud e integridad.
Los padres juegan un papel fundamental durante esta etapa, sobre todo para evitar que los adolescentes incurran en este tipo de conductas. Los padres pueden aplicar estrategias de educación positiva con los adolescente es tres áreas fundamentales para evitar las conductas de riesgo:
1. En cuanto al área afectiva:
Procure pasar tiempo con el adolescente, compartiendo temas o actividades que le sean de su interés. Así mismo, comparta sus sentimientos y preocupaciones con él, de esa manera se establece un vinculo de confianza para que el adolescente comparta sus inquietudes. También, procure apoyarlo en sus pequeños problemas, sobre todo, cuando los comparta con usted. En este sentido, es importante tratarlos con respeto y no menospreciar sus sentimientos y preocupaciones.
2. En cuanto al aspecto comunicacional:
Muéstrese interesado en lo que el adolescente comenta. Mírelo a los ojos y mantenga una actitud de apertura a lo que está diciendo. Una vez que el adolescente haya expuesto sus preocupaciones, sentimientos o pensamientos, de su opinión y sus conejos evitando los sermones y las críticas. Por el contrario, invite al adolescente a reflexionar sobre lo ocurrido y a explorar las alternativas y las soluciones a una situación. Por último, evite ser usted quien proponga la solución más adecuada. De la confianza al adolescente para que sea el quien lo haga.
3. En cuanto al establecimiento de límites:
Es importante establecer límites claros, pero que sean razonados y acordados con el adolescente. Estos deben ser firmes en lo esencial, mas flexibles en la forma. Aunque existan límites se debe evitar un control excesivo . Es inevitable que el adolescente se equivoque, por lo que el control debe ser equilibrado. Cuando el adolescente cometa errores, busque conversar con el y juntos lleguen al acuerdo de consecuencias derivadas de su comportamiento. Evite el castigo, sobre todo el castigo físico. También es imprescindible que haya consistencia en la manera de actuar de los padres.