Hace más de tres décadas que Estados Unidos no ha aprobado una reforma migratoria. Esta mala decisión del gobierno ha causado que las leyes se hayan vuelto anticuadas e injustas y al mismo tiempo, ha abierto paso a las estafas migratorias cometidas por individuos inescrupulosos que viven de los inmigrantes desinformados que desesperadamente desean un alivio a su situación migratoria.
Hace unos años pasó por Carolina del Norte un presunto impostor que se auto nombró el Reverendo Taylor. Se presentó en una iglesia local como un defensor de los inmigrantes, quien quería ayudar a legalizar a muchos ofreciéndose a llenar sus papeles, a cambio de una comisión. Este individuo era tan profesional en sus mañas, que aun encontró una mujer en la iglesia y pretendió haberse enamorado de ella para que la iglesia lo aceptara aún más.
Con el pretexto que él no era originario de este estado, convenció a la mujer a que le sacara un celular a su nombre. Finalmente le prestaron un pequeño local donde tenía sus citas con los que según decía, les iba a ayudar. Un día este hombre desapareció, dejando a su paso un sinnúmero de personas sin dinero y tristes por haber sido engañados. Se cree que este individuo se fue del estado con más de medio millón de dólares en su bolsillo.
Les refiero esta historia, pues hace unos días me llamó Pedro, a quien conozco por muchos años, Pedro había buscado un abogado en el pasado para que viera su problema migratorio, pero los abogados le decían que su caso no tenía ninguna salida a menos de que hubiera una reforma migratoria.
Unos años atrás, su hermano lo llamó desde Georgia, y le contó que él personalmente había ido a un lugar donde estaban ayudando a mucha gente, incluyéndole a él, incluso le habían dado un permiso de trabajo. Muy entusiasmado Pedro también fue a ver cómo le iban a ayudar. Allí le dijeron que era elegible para un asilo político.
Pedro hizo el trámite y se emocionó más cuando le vino un permiso de trabajo y así pasaron tres años. Ahora el problema que tiene Pedro, es que lo llamaron a la Corte de Inmigración para que demostrara sus pruebas para el asunto del asilo. Desafortunadamente hoy Pedro enfrenta la deportación, pues todo el procedimiento que le ofrecieron era fraudulento, los supuestos consejeros legales hoy también han desaparecido dejando a Pedro, su hermano y muchos otros solicitantes en el limbo.
Sea muy cuidadosos en lo que va a ser, no se vaya de boca aun cuando un familiar le diga que le está yendo bien con algún preparador de trámites, recuerde que todo caso de Inmigración es distinto.
Antes de someter algún papel a Inmigración, por favor asegúrese de que lo que está haciendo le llevará a lograr algo real y no algo catastrófico, y recuerde que los estafadores saben muy bien cómo lo pueden engañar a usted.
Trate de buscar ayuda de abogados reales que estén en su estado, y que tengan una reputación dentro de la comunidad. Trate de obtener por lo menos dos o tres respuestas a su situación antes de tomar una decisión y si esos dos o tres abogados si le dicen que usted no tiene ninguna salida, por favor quédese quieto, ya que de hacer lo contrario puede quedar enredado en el dilema de la deportación.