El centro de Raleigh se encuentra completamente bien custodiado por cientos de oficiales.
Los edificios están perfectamente cubiertos y por las calles recorren patrullas desde ayer domingo 17 de enero.
Esto, debido a la anticipación previo a las posibles marchas armadas que habrá como protesta por la toma de poder de Joe Biden.
Un puñado de personas se presentó y protestó pacíficamente el domingo.
"Es mejor estar preparado a que no", dijo el alguacil del condado de Wake, Gerald Baker, a WRAL.
Capitolio de Raleigh, resguardado
Como precaución, decenas de oficiales rodearon edificios del centro, incluido el Capitolio del Estado de Carolina del Norte y el Centro de Justicia del Condado de Wake.
Oficiales con chalecos y uniformes del PERT (Equipo de Respuesta a Emergencias en Prisiones) están estacionados en el centro para ayudar en la respuesta.
Con ellos está un vehículo blindado "BearCat" diseñado para uso militar en situaciones de enfrentamiento armado.
Aunque no se ha confirmado una protesta armada en Raleigh, los panfletos distribuidos en los sitios de redes sociales sugieren que podría haber actividad violenta previo a la toma de posesión del presidente electo.
"No había visto seguridad como esta en ningún Capitolio estatal”, dijo Paul Sisneros, un visitante del centro de Raleigh.
“Pero creo que es de esperar con todo lo que está sucediendo en todo el país en este momento”, abundó.
Antecedente de Washington puso en alerta
Tras un motín la semana pasada en el Capitolio de los Estados Unidos, el FBI advirtió sobre protestas armadas en las 50 capitales estatales y en Washington, DC.
Los museos estatales, las oficinas gubernamentales y otros edificios dijeron que cerrarían en los días previos al miércoles.
Algunas empresas del centro de Raleigh cerraron sus escaparates.
El gobernador Roy Cooper movilizó a cientos de miembros de la Guardia Nacional de Carolina del Norte para brindar seguridad tanto en Raleigh como en la capital de la nación.
Aproximadamente 350 guardias servirán en apoyo de las fuerzas del orden locales en Carolina del Norte, y cientos más serán enviados a Washington, DC.