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En los últimos años se han visto seriamente afectados los refugios de animales en Carolina del Norte, al superar el límite de su capacidad y verse obligados a implementar la eutanasia.

Durante este verano, el exceso de animales en el refugio de Charlotte-Mecklenburg provocó un aumento del 40 % en la cantidad de perros sacrificados.

Esta medida se tomó tras la preocupación que han externado los funcionarios de Control y Cuidado de Animales de Charlotte-Mecklenburg, donde los refugios sufren principalmente de dos problemas: la escasez de espacio y la falta de personal.

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En promedio, durante los pasados meses de junio y julio se sacrificaron más de tres perros de acuerdo a los registros del control de animales.

Esa cifra es más del doble de los registrados en 2020, donde apenas 74 perros fueron sacrificados en ese mismo período de tiempo. El año pasado la cifra subió a 124, mientras que ahora se elevó a 173.

La eutanasia en estos refugios se limita a sacrificar perros con problemas médicos o antecedentes de lesiones ya sea a personas u otros animales.

Cabe destacar que el refugio de Charlotte tiene espacio para al menos 155 perros con 220 jaulas de acero inoxidable. En la agencia trabajan más de 80 empleados, número que es insuficiente para las demandas que tienen.

“Charlotte es una de las comunidades más progresistas y más dedicadas a salvar vidas que tenemos aquí en Carolina del Norte, puedo decir que están trabajando activamente para salvar tantas vidas como sea posible”, dijo John Graves, integrante de la organización Carolina del Norte de Best Friends Animal Society, a The Charlotte Observer.  

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El estado cuenta con la tercera tasa de eutanasia más alta del país. Este fue el cuarto año consecutivo que ocupa ese lugar.

Se estima que, durante 2021, 28,790 perros y gatos murieron en refugios de animales de Carolina del Norte.