En Asheville hay un sinfín de historias de latinos que pasaron múltiples penurias antes de vivir el Sueño Americano, como el caso de Marta Gálvez, una mujer salvadoreña que con base en trabajo duro y mucho esfuerzo logró sacar adelante a su familia.
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Marta Gálvez tuvo que dejar a sus hijos cuando emigró de El Salvador
Sin embargo, Marta sabe que como su caso, hay decenas más que poco a poco llegan al país en busca de un mejor futuro, por esa razón, ella vende pupusas, un platillo típico de su país con el cual logran recaudar fondos para ayudar a esas familias que tanto lo necesitan.
Marta Gálvez tiene casi dos décadas viviendo en Asheville. Ella llegó porque su marido buscó un hogar y una forma de vida mucho mejor que en El Salvador, pero su historia tiene un punto que nunca olvida, pues fue la única que logró llegar a su destino de todos los que lo intentaron.
“Yo llegué a Asheville porque mi esposo ya tenía 13 años, él me mandó a traer por tierra, mi travesía fue muy grande, es muy dolorosa, me siento bendecida por llegar aquí, siempre me ha gustado ayudar a la comunidad a pesar de que no tengo un trabajo, tengo 19 años de estar aquí, me traje dos de mis hijos de El Salvador”,
dijo a La Noticia Marta Gálvez.
Un par de sus hijos ya están en Asheville, pero uno decidió quedarse en El Salvador, ya que estudio una carrera, tiene 30 años y es soltero. Los otros dos, una hija de 28 y otro varón de 26 son parte de su orgullo.

"¡Marta, hermana, ya eres mexicana!"
Además, la comunidad mexicana es la que más convive con Marta, quien incluso ya tiene el acento y hasta la han nombrado parte de ellos, detalle que llena de orgullo a esta mujer trabajadora e incansable.
Para Marta, convivir con la comunidad mexicana le ha dejado grandes amigos, además que es parte de su vida diaria y la han arropado al grado que hasta habla como ellos.
“Lo difícil fue dejar tres hijos en El Salvador cuando llegué a Asheville, uno de 12, 10 y 8 años y pues yo les dije que me iba dos años y ya tengo 19. Mucha gente dice que soy mexicana, porque tengo el acento de mexicano porque convivo mucho con ellos”,
explicó.
Un golpe de suerte y una llamada, claves para que Marta llegara a país
Una vez que su esposo se estableció, Marta intentó llegar por tierra al país, pero en la frontera se topó con agentes migratorios, quienes apresaron a toda la caravana que venía, en su mayoría, mexicanos.
Además de eso, el calor del desierto, la persecución de la que fue víctima y otros factores, hicieron que Marta casi desistiera de su misión de llegar al lado de su esposo, pero un golpe de suerte le ayudó a encontrarse con él.
“Sufrí mucho en mi camino para llegar acá. Llegó un momento en el que pensé que no iba a salir de donde estaba. Mis hijos me preocupaban, pensé que iba a morir en el desierto y nadie se iba a dar cuenta. Migración nos siguió, nos corretearon y agarraron a todos los que venían conmigo, todos eran mexicanos excepto yo. A todos los deportaron, pero excepto a mí, ya que me encerraron y le dije que iba con mi esposo. Ellos me pidieron el número, le pidieron dinero para el autobús, yo les decía que me quería regresar a El Salvador, pero por algo Dios me mandó para acá a ayudar a la comunidad”,
recordó Martha.

Una vez que llegó a las montañas de Carolina del Norte, Marta se unió a Beloved Asheville con el tiempo, una organización sin fines de lucro y que se dedica a ayudar a comunidades latinas. Ella es una de las líderes comunitarias y junto con su familia, ayudan a personas sin hogar o en dificultades económicas.
“Soy voluntaria de Beloved Asheville, inicié cuando nació mi hijo de cinco años, cuando estaba muy fuerte migración nosotros teníamos mucho miedo, entonces la trabajadora social me contactó con Ponkho. Dijeron que ellos repartían comida, tuvimos un convivio, nos contaron su historia, nos ayudaban, me encontré con un grupo de personas que nos ayudaban y ayudan a los demás”,
indicó la salvadoreña.
¿Qué es Beloved Asheville?
Es una organización sin fines de lucro que se dedica a ayudar a decenas de latinos y familias nacidas en el país con alimentos, despensas, pañales. Y próximamente habrá una iniciativa llamada Beloved Village, la cual dará hogar a 12 familias en extrema pobreza.
Si desea más información de Beloved Asheville o Beloved Village puede dar click aquí o comunicarse al número (828) 571-0766.