El gobierno del país busca limitar la prescripción de fármacos potentes y opioides a distancia, obligando a los pacientes a que acudan de manera personal con un médico antes de recibir los medicamentos.
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La medida es parte de la lucha de la Casa Blanca contra la adición a los opioides luego de que se volviera una crisis a nivel nacional. Esto afectará a millones de ciudadanos que desde hace tres años, debido a la pandemia, obtienen sus fármacos y opioides a distancia por la llamada telemedicina.
Apenas el viernes 24 de febrero la Administración para el Control de Drogas en el país (DEA), anunció que pedirá que los antiguos requisitos federales sean aplicados para los fármacos potentes que se suspendieron tras la llegada del COVID-19.
Durante la pandemia los médicos recetaron millones de medicamentos como OxyContin o Adderall sin tener que reunirse con los pacientes en persona. Estos medicamentos están dentro de los llamados opioides y pueden llegar a ser muy adictivos.
Con el nuevo cambio, los pacientes deberán visitar a los médicos al menos una vez para obtener una receta inicial de los fármacos más potentes como Vicodin, OxyContin, Adderall y Ritalin. Después de esa primera cita podrían volver a recetarse a través de citas médicas a distancia.
Pero no solo entrarán en la lista esos medicamentos, el gobierno también contempla otros menos potentes como la codeína, que se toma para aliviar el dolor o la tos; el Xanax, utilizado para tratar la ansiedad; el Ambien, un somnífero; y la buprenorfina, un narcótico empleado para tratar la adicción a los opiáceos.
Y es que estos fármacos al día de hoy se pueden recetar a distancia para una dosis inicial de 30 días. Ahora tendrán que acudir al médico al menos una vez en persona para renovar su receta.
Las consultas y recetas a distancia seguirán funcionando para medicamentos comunes, como antibióticos, cremas para la piel, anticonceptivos e insulina.