Una investigación de la Universidad Cambridge dio a conocer el riesgo que existe de un desastre global en caso de que un efecto dominó que desate pequeñas erupciones volcánicas en regiones vitales para la Humanidad.
El Centro para el Estudio del Riesgo Existencial (CSER), de dicha universidad, ubicaron siete 'puntos de pinzamiento' donde grupos de volcanes activos se asientan junto a una infraestructura vital que, si se detiene, tendría consecuencias globales catastróficas.
'Incluso una erupción menor en una de las áreas que identificamos podría hacer erupción de cenizas suficientes o generar temblores lo suficientemente grandes como para interrumpir las redes que son fundamentales para las cadenas de suministro y los sistemas financieros globales', dijo la doctora Lara Mani, del CSER, en la investigación publicada en la revista Nature Communications.
La lista de volcanes de la investigación los ubica en Taiwán, África del Norte, el Atlántico Norte y el noroeste de los Estados Unidos.
'Por el momento, los cálculos están demasiado sesgados hacia explosiones gigantes o escenarios de pesadilla, cuando los riesgos más probables provienen de eventos moderados que inutilizan las principales comunicaciones internacionales, redes comerciales o centros de transporte. Esto es cierto para los terremotos y el clima extremo, así como para las erupciones volcánicas', señaló Mani.
Los investigadores señalaron que, contrario a lo que se piensa, una erupción volcánica de categoría 'leve', 6 en la escala en lugar de las de 7 u 8 que son graves, provocarían nubes de cenizas, corrientes de lodo y deslizamientos de tierra que arruinan los cables submarinos, lo que lleva al cierres de mercados financieros o devastación de los rendimientos de los cultivos, provocando escasez de alimentos que provocan disturbios políticos.
El mejor ejemplo fue la erupción del volcán Eyjafjallajökull, cerca del principal "punto de pinzamiento" de Europa continental, que provocó columnas de ceniza arrastradas por los vientos del noroeste cerca del espacio aéreo europeo costando cerca de 5.000 millones de dólares para la economía mundial.
Las áreas críticas se encuentran en Taiwán, en el grupo volcánico del norte, donde erupciones relativamente pequeñas podrían infligir el máximo caos global, ya que Taiwán es uno de los mayores productores de chips electrónicos, si esta área, quedara indefinidamente incapacitada, la industria tecnológica mundial podría detenerse.
Los volcanes del Mediterráneo, como el Vesubio y Santorini, podrían provocar tsunamis que destrozarían las redes de cable sumergidas y sellar el Canal de Suez.
Si hubiera una erupción en el estado de Washington, en el noroeste del Pacífico, podrían desencadenar corrientes de lodo y nubes de ceniza que cubrirían Seattle, cerrando aeropuertos y puertos marítimos. El escenario para una erupción de magnitud 6 del Monte Rainier predice pérdidas económicas potenciales de más de 7.000 millones.
El Estrecho de Luzón en el Mar de China Meridional, otra ruta de envío clave, es el meollo de todos los principales cables sumergidos que conectan a China, Hong Kong, Taiwán, Japón y Corea del Sur. También está rodeado por el Arco Volcánico de Luzón.
'Es hora de cambiar la forma en que vemos el riesgo volcánico extremo. Necesitamos dejar de pensar en términos de colosales erupciones que destruyen el mundo, como se describe en las películas de Hollywood. Los escenarios más probables involucran erupciones de menor magnitud que interactúan con nuestras vulnerabilidades sociales y nos llevan en cascada hacia la catástrofe', acotó la doctora Lara Mani.