Un estudio reveló que enfermos graves no intubados con COVID-19, pueden salvar la vida si son puestos boca abajo, pues mejora su pronóstico y reduce la necesidad de intubación.
Este trabajo fue publicado por la revista "The Lancet Respiratory Medicine", y fue realizado en 42 hospitales de seis países, donde se realizó una investigación sobre la posición que más ayuda a las personas que se encuentran enfermas.
Según informó el doctor Jordi Mancebo, director del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Sant Pau de Barcelona, en su hospital el 80% de los pacientes graves colocados de esta forma, mejoraron en su oxigenación arterial.

Durante el estudio coordinado por el Hospital de Tours en Francia, se confirmó que colocar al paciente de esta forma ha ayudado a todos muchos de los enfermos por COVID-19.
“La evidencia científica de la eficacia de esta técnica en pacientes no intubados es especialmente importante durante los picos de la pandemia en que pueda haber escasez de respiradores. Esta es la primera gran investigación que analiza los beneficios de un cambio de posición en pacientes despiertos y que no necesitan de un respirador, es decir, que respiran espontáneamente por sí mismos, como parte del tratamiento en pacientes COVID-19”, explicó el coordinador médico de la UCI del Hospital Vall d’Hebron, Oriol Roca.
En el ensayo participaron mil 126 pacientes ingresados entre abril de 2020 y enero de 2021.
Por tal motivo, se ha pedido a los médicos que se comience a considerar esta opción a partir de ahora en adelante, pues se ha confirmado que esta forma se pueden salvar muchas vidas.