Cuando el nuevo coronavirus obligó a las iglesias a cerrar sus puertas, estás tuvieron que prescindir de las colectas dominicales. Por esta razón la Diócesis Católica Romana de Charlotte solicitó más de ocho millones de dólares al programa insignia del gobierno federal para pequeñas empresas.
La sede de la Diócesis, las iglesias y las escuelas solicitaron la ayuda a pesar de que tenían disponibles cuando menos 100 millones de dólares en efectivo. Además de inversiones a corto plazo en la primavera pasada, según muestran los registros financieros. Y cuando no ocurrió la catástrofe económica que los de la iglesia temían, esos activos sumaron para el verano 110 millones de dólares.
"Me complace reportar la buena salud financiera de la Diócesis a pesar de las muchas dificultades que ha representado la pandemia del COVID-19", escribió el obispo Peter Jugis en el informe financiero auditado de la Diócesis el otoño pasado.
Muchas Diócesis católicas recibieron ayuda de los contribuyentes
Conforme se extendía la pandemia, diversas Diócesis católicas a lo largo y ancho de Estados Unidos recibieron ayuda. Esta fue respaldada por los contribuyentes a través del "Paycheck Protection Program" (Programa de Protección de Pago). Pero ellos tenían más de 10 mil millones de dólares en efectivo, inversiones a corto plazo y otros fondos disponibles, según descubrió una investigación de The Associated Press. Esos recursos, de hecho, han aumentado en varias Diócesis.

Las 112 Diócesis que han compartido sus estados financieros auditados, además de iglesias y escuelas que supervisan, recibieron al menos 1,500 millones de dólares en ayuda. La mayoría de esas Diócesis reportaron suficiente dinero disponible para operar durante seis meses o más sin ningún ingreso nuevo.
Los recursos financieros de varias Diócesis compiten o incluso superan los de empresas que cotizan en bolsa como Shake Shack y Ruth's Chris Steakhouse. Cuando estas empresas participaron en el programa de protección causaron indignación. Funcionarios federales respondieron con énfasis que el dinero estaba destinado sólo para aquellos con una necesidad evidente. Muchas corporaciones regresaron los fondos.
La Iglesia Católica fue quizás la más beneficiada por el gobierno
En general, las casi 200 Diócesis en los Estados Unidos, dirigidas por obispos y cardenales, y otras instituciones católicas recibieron al menos 3,000 millones de dólares. Eso hace que la Iglesia Católica Romana sea quizás el mayor beneficiario del programa de ayuda, según un análisis de la AP. Los datos fueron revelados después de una demanda hecha por organizaciones periodísticas para recibir información pública.
Los funcionarios de la Iglesia han dicho que sus empleados eran tan dignos de recibir ayuda como los de cualquier negocio. Y que sin ella habrían tenido que reducir su misión caritativa a medida que se incrementaba la demanda por despensas de alimentos y servicios sociales. Además, señalaron que las reglas del programa no exigían que agotaran primero sus reservas de efectivo y otros fondos antes de aplicar.

En la carretera interestatal de Charlotte, en Carolina del Norte, la Diócesis de Raleigh recaudó al menos 11 millones de dólares. Sin embargo, durante el año fiscal que terminó en junio, los donativos habían disminuido solo 5% y los activos disponibles para la diócesis, sus parroquias y escuelas aumentaron de aproximadamente 21 millones de dólares hasta más de 170 millones de dólares, según encontró la AP. En otra medida de salud fiscal, la diócesis no tuvo que recurrir a una línea de crédito por 10 millones de dólares.
Los líderes católicos en diócesis como Charlotte, Chicago, Louisville y Raleigh, dicen que sus parroquias y escuelas, como muchos otros negocios y organizaciones sin fines de lucro, sufrieron financieramente cuando cerraron para reducir la propagación del virus mortal.
Con información de The Associated Press