Después de ser el epicentro de la pandemia de coronavirus y atravesar casos de rebrotes que volvieron alarmar al mundo, China no baja la guardia en emergencias sanitaria. Las autoridades médicas del país asiático reportaron un presunto caso de peste bubónica en la Región Autónoma de Mongolia Interior.
Las autoridades del distrito de Bayannur ya informaron a la comunidad de un posible brote de peste bubónica. Entre las instrucciones, se les prohibió cazar animales salvajes como marmotas e indicó que llevaran con las autoridades médicas a cualquier persona con fiebre u otro síntoma relacionado.
Uno factor que podría prestarse a confusión es el de la peste neumónica, que se deriva de la bubónica y se manifiesta con síntomas parecidos al COVID-19 como tos, dolor de cabeza, dolor muscular y dificultad para respirar.
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El porcentaje de mortandad es temible es una de las alarmantes para las autoridades chinas, ya que suele ser fatal en un 90% de las personas infectadas que no son tratadas adecuadamente.
Los doctores recomiendan tratar la peste con antibióticos como gentamicina, ciprofloxacina, estreptomicina o doxiciclina. En casos más agudos también se requiere de oxígeno, respiradores y líquidos intravenosos.
La peste bubónica es transmitida por la bacteria Yersinia Pestis, que se encuentra en las pulgas de roedores como las ratas.
El último brote de peste bubónica en China fue hace 11 años, cuando en 2009, varias personas perdieron la vida en la ciudad de Ziketan, provincia de Qinghai.
A la par del origen del coronavirus en la ciudad de Wuhan, China enfrentó casos de peste porcina africana que afectó principalmente a los ganaderos y sus rebaños de cerdos.