Según información de funcionarios de seguridad, la Policía del Capitolio de Estados Unidos, recibió una advertencia por parte del FBI; en la cual se avisaban que la protesta de partidarios de Donald Trump podría tornarse violenta.
Sin embargo, los mandos más altos del grupo encargado de la seguridad del Capitolio, no recibieron la información. Por tal motivo, no se preparó algún operativo especial para evitar los hecho del pasado 6 de enero.
Cuatro funcionarios comparecieron ante dos paneles del Senado de Estados Unidos, donde hablaron del tema; reconociendo que no vieron el boletín sobre la protesta en el Capitolio emitió la oficina del FBI in día antes.
"Ninguna información de inteligencia que recibimos predijo lo que realmente ocurrió", comentó el ex jefe de la Policía del Capitolio, Steven Sund.
"Planeamos adecuadamente una manifestación masiva con posible violencia", comentó el funcionario. "Lo que tuvimos fue un asalto coordinado al estilo militar contra mis oficiales y una toma violenta del edificio del Capitolio".
Sund renunció a su cargo, al igual que los sargentos de armas de la Cámara de Representantes y el Senado, Paul Irving y Michael Stenger, quienes también testificaron y aseguraron que tampoco vieron la advertencia del FBI.
Los partidarios del ahora expresidente Donald Trump intentaron evitar que el Congreso certificara la victoria electoral del entonces candidato demócrata Joe Biden, quien más tarde asumiría el puesto de Presidente de Estados Unidos.