Ser madre es uno de los roles más desafiantes y también gratificantes que una mujer puede asumir en su vida. Sin embargo, ¿qué significa realmente ser una buena madre? Aunque puedes tener la tentación de ser perfecta, no es necesario perder el tiempo en utopías o situaciones imposibles, basta con ser alguien capaz de encauzar de forma correcta a sus hijos, pero de la mejor manera posible.
Aunque existen estereotipos que sirven como modelo para medirse, de alguna manera pueden establecer parámetros muy altos que no siempre son necesarios. Al final, hay distintas maneras de lograr un mismo objetivo. Lo ideal es que entiendas cuál es tu tarea como madre y ajustar tus cualidades y particularidades a tus acciones diarias.
¿Cómo se define a una buena madre?
Calificarse como una buena madre no es tarea sencilla. Ni siquiera existe una guía absoluta y completamente válida donde quepamos todas. La definición de una buena madre varía según las culturas, las experiencias individuales y las circunstancias únicas de cada familia.
En su esencia, una buena madre es aquella que hace todo lo posible por el bienestar de sus hijos, incluso cuando enfrenta desafíos y sacrificios personales.
Una madre es una figura de apoyo, un modelo a seguir y un refugio seguro en tiempos de adversidad. Ser una buena madre no significa ser perfecta, sino estar dispuesta a aprender, crecer y adaptarse para el beneficio de sus hijos.
¿Qué cualidades debe tener una buena madre?
Para asumir el rol de madre sí hay que contar con una variedad de cualidades que van más allá de simplemente ser amorosa con los hijos. Queremos criar hijos sanos, inteligentes, respetuosos, y felices. En ese sentido, tenemos que poner en práctica un sinfín de valores y formas de ser.
Una buena madre está presente para sus hijos en cada etapa de sus vidas, que los escucha con atención, los apoya en sus sueños y los guía con sabiduría. En ese sentido, la empatía, la paciencia, la comprensión y el amor incondicional son solo algunas de las características que definen a una madre excepcional. Sin embargo, la lista es realmente larga.
Consejos básicos para criar buenos hijos siendo una buena madre
Sigue estos consejos que pueden ser útiles en tu rol de madre:
- Brinda el hogar que se merecen: esto puede parecer mera teoría pero traemos al mundo hijos para amarlos, cuidarlos, protegerlos y guiarlos. En ese sentido, merecen un hogar, salud, ropa, alimentación y seguridad. Así que el primer paso es aceptar que tus hijos son tu responsabilidad y tienen derecho a que sus necesidades básicas estén cubiertas.
- Aporta tiempo de calidad: aunque tu vida se debe dividir en varios roles, es necesario guardar espacio para todos y dedicarle a tus hijos no solo tiempo, sino tiempo de calidad. Tiempo para recreación, comida en familia, acompañarlos a un juego deportivo, y todo lo que implica su día a día.
- Cría con el ejemplo: no puedes ser una cosa y pretender enseñar otra. La primera escuela de nuestros hijos es el hogar. Allí aprenderán los valores, sentimientos positivos y negativos y hasta fomentarán sus primeras metas y fortalecerán sus sueños.
- Fomenta la comunicación: establece un ambiente en el que tus hijos se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones contigo. Escúchalos sin juzgar y bríndales tu apoyo incondicional.
- Establece límites claros: los límites son fundamentales para enseñar a tus hijos sobre responsabilidad y respeto. Establece reglas claras y consistentes, y sé firme al hacer que se cumplan. En la actualidad mucho de esto se ha perdido debido a la tecnología, los tipos de crianza permisivos que parecen ganar terrero y la falta de presencia de los padres en el hogar.
- Fomenta la independencia: ayuda a tus hijos a desarrollar habilidades para la vida diaria y fomenta su autonomía gradualmente. Permíteles asumir responsabilidades apropiadas para su edad y apóyalos en su camino hacia la independencia.
- Celebra el amor incondicional: haz que tus hijos se sientan amados y valorados todos los días. Exprésales tu afecto, elogia sus logros y bríndales consuelo en momentos difíciles. Tu amor incondicional les dará la confianza y seguridad que necesitan para enfrentar los desafíos de la vida. Esto es necesario incluso cuando tus hijos te hagan perder la paciencia.
- Practica el autocuidado: ser una buena madre implica cuidar también de ti misma. Dedica tiempo para descansar, relajarte y hacer actividades que te llenen de energía y satisfacción. También prepárate en las cosas que creas necesarias para practicarlas con tus hijos, como la paciencia. Y, por último, no dejes de ser esposa, amiga, hija y cualquier otra que sea parte de tu propia esencia. Tener hijos no es abandonarse y convertirse solo ser madre, sino seguir siendo tú.