La inclusión del Lancashire Heeler en la prestigiosa lista de razas reconocidas por el American Kennel Club es un evento significativo para esta encantadora raza de pastoreo.
Se caracteriza por su tamaño compacto y energía vigorosa, este pequeño canino no solo es una adición bienvenida a las exposiciones caninas, sino que también se presenta como un compañero ideal para familias, gracias a sus cualidades afectuosas e inteligentes.
¿Cuáles son las características del Lancashire Heeler?
El Lancashire Heeler es más que un simple perro de pastoreo. Su inteligencia, alerta y amigabilidad lo convierten en un miembro valioso de la familia. Su pelaje corto y resistente a la intemperie, que exhibe los colores negro y fuego o hígado y fuego, añade un toque distintivo a su apariencia. A pesar de su tamaño reducido, este canino es robusto y siempre está listo para la acción, brindando un encanto único que conquista a quienes tienen la suerte de tenerlo como compañero.
Su origen como perro de trabajo no pasa desapercibido, ya que el Lancashire Heeler muestra instintos terrier al cazar pequeños animales. Su habilidad para trabajar con ganado lo hace versátil, destacando tanto en entornos rurales como urbanos. Además, la peculiar "Sonrisa Heeler" revela su expresividad única y la conexión emocional que establece con sus dueños.
Perro ideal para la familia
La raza exhibe una serie de cualidades deseables, siendo especialmente notables su afecto hacia la familia, su independencia y su capacidad para relacionarse armoniosamente con niños y otros perros. Estas características hacen del Lancashire Heeler un compañero ideal para hogares diversos, adaptándose tanto a entornos familiares como a aquellos con otros animales.
Las medidas estándar, con una altura de 10-12 pulgadas y un peso de 9-17 libras, destacan la pequeña estatura de esta raza. A pesar de su tamaño reducido, el Lancashire Heeler demuestra ser robusto y resistente, lo que lo convierte en un compañero de vida duradero con una esperanza de vida de 12-15 años.
Lancashire Heeler en peligro de extinción
A pesar de su encanto, la inclusión del Lancashire Heeler en la lista de razas en peligro de extinción del Kennel Club, Reino Unido, en 2003, señaló un desafío para la preservación de esta raza. La pequeña población y el riesgo de enfermedades hereditarias destacaron la necesidad de medidas proactivas para su conservación.
Sin embargo, su reciente reconocimiento por el American Kennel Club brinda una oportunidad para fomentar la diversidad genética y proteger esta raza única. El estándar de la raza establece características físicas y de temperamento, destacando su cariño hacia la familia, independencia, compatibilidad con niños y otros perros.
¿Cómo cuidar a un Lancashire Heeler?
- Salud:
La salud del Lancashire Heeler es, en general, robusta, aunque en 2006 se identificó que suele padecer una enfermedad ocular hereditaria. Se recomiendan exámenes oculares regulares tanto a los padres como a los cachorros para garantizar la salud ocular de la raza.
- Aseo:
El Lancashire Heeler destaca por su bajo mantenimiento. Su pelaje corto y resistente a la intemperie solo requiere un cepillado ligero y baños ocasionales. El cuidado de las uñas, los oídos y los dientes es fundamental para su bienestar general.
- Ejercicio:
La energía media a alta del Lancashire Heeler requiere una rutina de ejercicio regular. Desde jugar en el patio trasero hasta caminar varias veces al día, estas actividades ayudan a canalizar su vitalidad. Además, el entrenamiento en deportes caninos puede ser una excelente manera de mantenerlo mentalmente estimulado.
- Capacitación:
La inteligencia del Lancashire Heeler se refleja en su rapidez para aprender. La capacitación debe ser amable pero firme, aprovechando su disposición a complacer a sus dueños. Aunque pueden desconfiar de los extraños, su naturaleza cariñosa se manifiesta una vez que se sienten presentados.
- Nutrición:
Una dieta equilibrada y de alta calidad es esencial para el Lancashire Heeler. La supervisión del consumo de calorías y las golosinas es crucial para prevenir la obesidad. Consultar con un veterinario garantiza una alimentación adecuada para su edad y necesidades específicas.