La Virgen María bajo el nombre de Desatanudos tiene su origen en Augsburgo (Alemania), donde se le brinda una oración y se le conoce originalmente como Nuestra Señora de Knotenlöserin.
La Virgen que desata los nudos se venera desde 1706. Su imagen es una advocación de la Inmaculada Concepción, y de hecho se celebra el mismo día, el 8 de diciembre. El autor de la imagen es creación de Johann Melchior Georg Schmidttner, quien la hizo para que fuera la pieza principal de la iglesia Saint Peter Am Perlach.
¿Qué milagros concede la Virgen María Desatanudos?
La Virgen Desatanudos recibe una oración para conceder la solución de problemas difíciles, y aliviar el dolor y el sufrimiento. Ella desata los nudos y enredos que aparecen a nuestro alrededor, que no nos dejan avanzar y nos someten. Tiene el poder de reinar con la ayuda del Espíritu Santo, como su imagen lo refiere, y con la luna bajo sus pies somete al demonio que incita al pecado.
María que desata los nudos es una guía para el hombre a través de la oscuridad. La corte de ángeles la acompañan y asisten en su labor para ayudar a las personas que más la necesitan.
Oración a María Desatanudos
Santa María, llena de la Presencia de Dios, durante los días
de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre,
el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya, junto a tu Hijo, intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo
desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y, al quedarte para siempre como Madre nuestra, pones en
orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, la que con
corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que recibas en tus manos
(haz aquí tu petición),
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal.
Señora nuestra, desata los nudos que nos impiden nos unamos a
Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en
todas las cosas, tengamos en Él puestos nuestros corazones y
podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
Amén.