El 2 de febrero se celebra la Fiesta de la Candelaria, pero también se le conoce como la Purificación de María o la Presentación del Niño Jesús en el Templo. ¿A qué se debe?
¿Qué significa la Fiesta de Purificación de María?
La Ley de Moisés decía que toda mujer que diese a luz un varón tenía 40 días para ir al Templo con la obligación de un sacrificio. Este acto tenía el fin para purificarse. También debían ofrecer a Dios su primogénito.
María, al haber concebido por obra del Espíritu Santo por lógica debía estar exenta de esa ley, al igual que Jesús por ser superior al mandato. Sin embargo, María acudió humildemente como cualquier otra mujer a purificarse pasados 40 días desde el nacimiento de Jesús, es decir, el 2 de febrero. Ese fue su ejemplo de humildad y de obediencia.
La Virgen acudió al acto de Purificación con el sacrificio que se le pedía a todas las mujeres pobres: un par de tórtolas o palominos.
Cuando Jesucristo fue presentado en el templo se le reconoció como verdadero Mesías por un santo anciano llamado Simeón y una santa viuda llamada Ana.
¿Qué relación tiene la Fiesta de la Candelaria con la Purificación de María?
En aquel tiempo el día de la Purificación de María se salía en procesión con candelas encendidas en la mano. Tenían como objetivo recordar el viaje que hizo la Santísima Virgen con el Niño Jesús en los brazos desde Belén al templo de Jerusalén. A esta actividad se le conoció como "la fiesta de las luces".
Más adelante, la fiesta mariana tomó el nombre de la Fiesta de la Candelaria. El símbolo de esta celebración es pedir que no falte la luz física ni espiritual.
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Oración a la Purificación de la Virgen María
Oh Reina y Madre de la Purificación,
Virgen María llena de gracia
que fuiste Madre por obra de Espíritu Santo
conservando tu virginidad,
y, para darnos ejemplo de entrega y humildad,
de obediencia a la Ley y voluntad de Dios,
después de ser Madre, fuiste al templo para purificarte
al mismo tiempo que presentaste al Divino Niño Jesús
como tu muy amado Hijo primogénito para consagrarlo,
y allí fue reconocido como verdadero Mesías,
Luz de las naciones y Gloria de Israel.
Pide por nosotros a tu Hijo, nuestro Salvador y Redentor
para que ilumine nuestras nuestros pasos hoy y siempre
y nos haga dignos de admitirnos un día
en el Templo de la Gloria.
Virgen Santísima, madre nuestra y protectora,
Nuestra Señora de la Purificación,
queremos honrarte y venerarte como mereces;
acudimos a ti con sencillez y gran confianza
para darte nuestras mas sinceras gracias
por ser Tú amable Señora quien nos llena de Luz Divina
y nos levanta el ánimo cuando padecemos.
Oh soberana Reina, Madre Santa de Dios,
llegamos penitentes implorando tu clemencia
y porque eres buena, Pura y compasiva,
te pedimos con inmensa devoción y reverencia
que endulces nuestras penas y tristezas,
llénanos de bendiciones, llénanos de beneficios,
apiádate de nuestros sufrimientos
y muéstrate propicia a todos los que te invocamos
para que nos veamos libres de lo que nos hace padecer.
Nuestra Señora de la Purificación,
lumbre del Cielo y aurora resplandeciente nuestra,
bondadosa Madre de misericordia
que en una mano sostienes al Niñito Dios
y en la otra llevas una candela prendida
para figurar a Cristo como Luz del mundo
Tú que eres abogada en los casos desesperados
sé nuestra poderosa mediadora ante el Altísimo
para que alcancemos sus beneficios
y veamos cumplidos nuestros ruegos y pedidos,
sobre todo solicita asistencia para que seamos auxiliados
en tan desesperada y difícil situación:
(decir el problema y lo que se quiere conseguir) .
Virgen de la Candelaria,
Pureza inmaculada, lirio entre espinas
jamás perderemos la esperanza en ti,
que tus maternales desvelos sean nuestra promesa
de compañía, alegría, felicidad, perspectiva e ilusión,
no dejes de ser nuestro mejor amparo y protección
purifícanos, ayúdanos a cambiar nuestro interior
para que Dios nos perdone y salga a nuestro encuentro,
y que tu dulcísimo y grandísimo Corazón
nos de la fuerza y amor necesarios
para transitar con seguridad y claridad
nuestros duros caminos en la vida
y así lleguemos al amor de Nuestro hermano y Señor, Jesús.
Así sea.
(Rezar un Padrenuestro y siete Avemarías)
La oración y los rezos se hacen durante tres días seguidos y cada día se prende una vela blanca hasta que se consuma.