¿Deseas aprender a meditar? Estas cuatro técnicas te ayudarán a reducir el estrés, ansiedad, depresión, dolores crónicos, además de que mejora el sistema inmune y salud en general.
Aprende a meditar, es más fácil de lo que piensas
Es fácil aprender a meditar y lo mejor de todo es que mientras más medites, mejores serán los resultados. La meditación ayuda a manejar mejor el estrés, ansiedad y tensión según estudios de la Clinica Mayo. También contribuye a bajar la presión sanguínea, mejora el ritmo cardiaco, la respiración y la actividad cerebral.
Conoce cuatro técnicas de meditación
Si quieres empezar a meditar sólo respira profundo y trata de relajarte. Observa como la tensión se empieza a desaparecer de todo tu cuerpo. Intenta practicar una de estas técnicas por 15 minutos, una vez al día y notarás los resultados.
- Relajación: La técnica de relajación consiste en concentrarse en cada parte del cuerpo empezando por la cabeza y bajando hasta los pies. Empieza poco a poco y pasa por cada parte de tu cuerpo hasta que lo sientas relajado. Si es necesario, regresa a alguna parte que sientas muy tensa como hombros, estómago, cuello o cabeza.
- Respiración: Esta técnica está enfocada en la respiración, la cual puede ser una aliada contra el estrés. Siéntate cómodamente y conecta con la respiración, inhalando por la nariz y llevando el aire hasta el abdomen para sacarlo después. Deja que la tensión se disuelva en cada una de las exhalaciones. No dejes que tu mente se distraiga y sólo concéntrate en la respiración.
- Repetición de mantras: Concentrarse en un mantra es una técnica muy buena de relajación. Para lograrlo siéntate cómodamente y cierra los ojos. Respira profundamente mientras repites un mantra como: “om”, “om namah shivaya” o “so ham”. Deja que tu mente se sumerja en el sonido del mantra por 15 minutos.
- Imaginación: Imagina una luz o lugar que te relaje. En ese lugar mágico, observa como se va desapareciendo toda la tensión y estrés de tu cuerpo y mente. Lo ideal es que la imagen sea muy real y se disfrute completamente. A algunas personas les relaja mucho un océano, a otras un bosque o una cascada y lo ideal es imaginar los colores, olores y sensaciones que se viven en ese sitio.