La introversión es asociada, de forma equivocada, con inseguridad, timidez dificultad para hablar en público y para socializar. La realidad es que, aunque el introvertido puede tener estas características, los extrovertidos, aquellos a los que solemos asociar con facilidad para hacer amigos y tomar riesgos, también pueden poseer cualquiera de ellas.
Según la Fundación Myers-Briggs (basada en los estudios de las psicólogas Katharine Briggs e Isabel Myers), la introversión se basa en una “orientación hacia adentro”, y por tener como preferencias a las ideas y conceptos sobre actividades sociales y otras personas. Esto significa que normalmente prefieren procesar y pensar las ideas antes de comunicarlas y poner especial énfasis en escuchar atentamente a los demás. Ambas cualidades son altamente valoradas dentro del liderazgo.'`
Un estudio de Deniz S. One y Stephan Dilchert en la revista Industrial Psychology, encontró que aunque la mitad de la población en general se clasifica como introvertida, solamente un 2% de los altos ejecutivos entran en esta categoría. Otro estudio encontró que 65% de los altos ejecutivos consideran la introversión como una barrera para el liderazgo.
Sin embargo, numerosos estudios recientes han concluido que es preferible un líder introvertido a uno extrovertido en determinadas circunstancias, sobretodo cuando cuenta con un equipo muy proactivo; mientras un líder extrovertido pudiera sentirse amenazado y menospreciar las ideas de sus empleados, un líder introvertido tendría mejores habilidades para escuchar, y canalizar las mejores ideas para el bienestar de la empresa y su equipo.
Ahora, ¿qué podemos hacer como líderes introvertidos para demostrar nuestro valor?
Empieza conociendo tus fortalezas. Hay muchas habilidades que tienen los introvertidos que pueden convertirlos en grandes líderes. Analiza las tuyas y toma provecho de ellas, sin dejar de lado debilidades sobre las cuales debas trabajar.
Genera expectativas correctas en tus empleados. Si vas a trabajar una dinámica diferente a la que el equipo venía ejecutando previamente, conversa primero con ellos al respecto.
Establece comunicación uno a uno. Esto ayudando a establecer relaciones más cercanas con tu equipo, y ayuda a poder escuchar sus ideas e inquietudes de forma más sencilla, que en una reunión donde no se puede escuchar a todo el mundo.
Observa las fortalezas de tu equipo. Probablemente no seas la única persona introvertida, por lo que es importante que tomes en cuenta las fortalezas de cada uno a la hora de delegar responsabilidades, asegurando una buena mezcla que favorezca la productividad.