El mundo continuamente nos dice a las mujeres que debemos de buscar la belleza y la juventud, que ser bella es mirarnos con apariencia como de 18 años de edad y mantener nuestro aspecto de juventud como una forma de vida. Pero ¿En qué consiste la verdadera belleza?
El tema de la belleza, es un tema subjetivo y amplio, sin embargo lo resumo al decir lo siguiente: La mujer de estos tiempos ha sido enseñada a “ser bella” por las compañías de productos de belleza, las cuales hacen más de dos mil millones de dólares vendiendo todo tipo de producto para hacerlas bellas; desde lodos que se encuentran según ellos, en las partes más remotas de la tierra, hasta productos caseros que de alguna manera u otra atrasan los signos del envejecimiento.
En la cultura que vivimos nos ensenan que el no envejecer y el quedarse joven para el resto de la vida se puede comprar negociar y adquirir. Nos muestran a diario por los comerciales que se pasan cada 10 segundos que la mujer linda es una mujer cadavérica, con un cuerpo de casi una persona que ha perdido libras por una larga enfermedad y que debemos de ser así para ser atractivas. La mujer moderna no debe tener ninguna mancha, ni un poquito de celulitis, ni rastrillas (estrías) después que da a luz a su bebé.
Evaluando toda esta situación, yo como mujer que he pasado en esta tierra más de medio siglo, puedo decir que cuando era más joven, yo también caí en esa trampa, no tanto de ser bella, sino en pretender mantenerme joven por el resto de mi vida.
A través de los años me he dado cuenta que no importa cuántas cremitas he comprado para la celulitis, las arrugas las manchas, todas esas cosas son parte de la evolución de mis hormonas, mis células y el proceso de la vida. No quiero decir que he dejado de usar las cremitas pues les mentiría si digo lo contrario, porque algunas de ellas tienen algunos nutrientes y minerales favorables para la piel, sin embargo el tiempo sigue pasando y un día la gravedad de la tierra, el aire contaminado y el sol ganarán la batalla y llegaré a ser viejita, si es que Dios me deja llegar allá.
Les quiero aconsejar hoy a las mujeres más jóvenes y a las mujeres que andan en busca de la fuente de la juventud, que sean bellas por dentro. De la manera que van a hacer eso es en la forma de amarse ustedes primero antes de que las ame un hombre o su familia o sus amistades.
Amarse quiere decir que ustedes se van a aceptar como son, no quieran ser como la vecina, pues cada persona nace con su propia belleza y habilidades, si tuvieron un hijo y de repente su cuerpo ya no se ve como antes, no se preocupe, ese será el recuerdo de algo más bello que hoy la hace ser mamá.
Si aparecen arrugas, cómprese las cremitas, pero si no se van no se desespere, usted está demostrando que está viviendo sobre la tierra.
Digo lo mismo a los hombre. Recuerden que la belleza la determina la persona que ama y quiere, no importando como se ve, sea mayor o joven.
La palabra de Dios nos habla de la belleza de la mujer en el libro de Proverbios en el capítulo 31 y nos dice que vana es la belleza y la hermosura de una mujer y dice que la mujer que teme a Dios, es la mujer más bella de la tierra. La mujer que ama, cuida de su familia y ama a Dios sobre todas las cosas es una mujer bella, sin importar la edad.