Quizás ha escuchado a algún maestro sugerir que su hijo/a tiene un déficit de atención o mejor conocido por sus siglas en inglés ADD (Attention Deficit Disorder) o si está acompañado por hiperactividad, sus siglas en inglés son ADHD (Attention Deficit Hyperactivity Disorder). Pero, ¿qué es y qué debo hacer para ayudar a mi hijo?
El déficit de atención es una condición en la cual la persona se distrae fácilmente, tiene problemas para enfocarse y seguir instrucciones, baja tolerancia a la frustración, incapacidad para controlar su conducta y sensación de aburrimiento.
Algunas características claves en el déficit de atención con hiperactividad son: hiperactividad (muy activo) e impulsividad, moverse muy rápido de una actividad a otra, hablar sin parar o interrumpir mientras otros hablan y dificultad para controlar las emociones.
Aunque estas conductas se pueden observar desde temprana edad, usualmente no es hasta que inician la escuela que se comienza a identificar estas características porque tienen mucha dificultad para ajustarse a la estructura escolar. Estas características deben observarse en dos o más contextos, por ejemplo, escuela, casa o trabajo si es adulto.
Déficit de atención
No existe una prueba de sangre o un estudio de radiografía que nos pueda dar un diagnóstico. Los psicólogos o psiquiatras pueden hacer un diagnóstico basado en cuestionarios que son completados por los padres, maestros y por el funcionamiento en pruebas psicológicas.
Es importante señalar que si el niño/a tiene una situación emocional como depresión, ansiedad o alguna otra situación que pueda afectar su nivel de atención o su conducta (Ejemplo: muerte o enfermedad de un familiar muy cercano, divorcio de padres), no debe darse un diagnóstico de ADD o ADHD hasta que no se trabaje con la parte emocional. Muchos niños cambian su conducta por alguna razón emocional y no necesariamente porque tengan uno de estos diagnósticos.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo?
Si observa algunas de estas características en su hijo es importante consultar con un profesional de la salud para comenzar a evaluar las razones por las cuales su hijo tiene dificultades. Otras recomendaciones son:
- Proveer una alimentación baja en azúcar y en colorantes artificiales.
- Proveer un nivel de actividad física diario (Ej. salidas al parque y/o practicar deportes).
- Proveer una estructura y horarios regulares para las tareas escolares.
- Hablar de frente a su hijo/a para asegurarse que lo escucha.
- Dar una instrucción sencilla y una a la vez.
No en todos los casos hay que medicar al niño. Algunas intervenciones terapéuticas pueden ser suficientes para ayudar a controlar la conducta. Una consulta con un psiquiatra puede ayudar a determinar si el uso de medicamento es necesario para manejar la conducta de su hijo/a.
Para mayor información pueden llamar al 919-966-7358.
Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D.
Psicóloga Clínica e Investigadora
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill
Departamento de Psiquiatría