Los estados del sur de Estados Unidos revelan cifras de afectados por COVID-19 que permiten prever que las clases presenciales sean poco probables.
Mientras los números de casos y muertes por COVID-19 se incrementan, los estados intentan tomar medidas para garantizar la educación.
El gobernador de California, Gavin Newsom, presentó criterios estrictos para la reapertura de escuelas. Siendo uno de los estados más afectados por coronavirus es improbable que haya enseñanza presencial en la mayoría de los distritos. Las normas exigen que los estudiantes en grados posteriores al segundo de primaria y todo el personal usen mascarillas en las escuelas.
Texas, por su parte, autorizó a las escuelas públicas que mantengan sus instalaciones cerradas para más de 5 millones de estudiantes hasta muy avanzado el otoño. Las nuevas directrices incluyen que los planteles pueden impartir clases exclusivamente en línea las primeras ocho semanas del año escolar. Por otro lado, en algunas ciudades el regreso a las instalaciones posiblemente se postergará hasta noviembre.
La mayoría de los niños en Chicago volverían a los salones de clases sólo dos días a la semana y pasarían los otros tres días aprendiendo de forma remota. Se espera que a finales de agosto se definan las clases de otoño para los más de 300,000 estudiantes del distrito.
Decisiones retadoras
No solo los estados deben tomar decisiones difíciles para que sea posible el regreso escolar. Los padres, por su cuenta, tienen la mayor de las incertidumbres en sus propios hogares.
Para los padres es importante sentir la certeza de que sus hijos estarán seguros al ir a las escuelas. Ivette García, de Orange Park, Florida, es madre de un niño que va a kínder. Faltan menos de 30 días para que comiencen las clases. No siento que haya un plan muy bueno ya montado que me haga sentir lo suficientemente confiada como para enviar a mi bebé a la escuela y luego regresar a nuestra dinámica familiar
, afirmó García.
Ese es el sentir de millones de padres que temen por la salud de sus hijos al poner por encima su derecho a la educación. Las clases presenciales son poco probables entonces no solo por las situaciones que se siguen agravando, sino además por la preocupación de padres por evitar contagios de los menores.
Información de AP