No todas las grasas son malas. El organismo necesita algunas de ellas para ejecutar funciones esenciales. Incluso, tienen un importante efecto en la belleza y cuando hay carencia de ellas se puede notar. Lo que sí debemos es aprender a discernir cuáles son las convenientes y beneficiosas.
Entre lo prohibido y lo permitido
Los ácidos grasos insaturados se pueden incluir en la dieta diaria. Estos son: Omega-3, Omega-6 (se les llama ácidos grasos esenciales). Están presentes en algunos alimentos fáciles de preparar y deliciosos.
Las grasas insaturadas monoinsaturadas tienen origen vegetal: aceites vegetales (girasol, oliva), semillas (sésamo, girasol), frutos secos (almendras).
Otro grupo son las grasas insaturadas poliinsaturadas: presentes en el pescado (salmón, sardina), semillas y frutos oleaginosos (soja).
Fuentes adicionales lo constituyen: perejil, espinacas, cilantro, calabaza, maíz, brócoli, coliflor, quesos y huevos.
Vale la pena destacar que las grasas trans o saturadas son el enemigo del cuerpo. Aparte de facilitar el aumento de peso y riesgo de obesidad afectan la salud del corazón, principalmente. Es por ello que debemos alejarnos de las comidas rápidas, frituras, carnes no magras, así como el uso de aceites de baja calidad.
Un aporte a la salud
Las llamadas grasas sanas bajan el colesterol y triglicéridos. También ayudan a la absorción de vitaminas liposolubles: A, D, E y K. Y se ha demostrado que participan en la regulación de las hormonas, en la reparación y desarrollo de nuevos tejidos.
Si te has preguntado de dónde se obtiene la energía que permite hacer ejercicio, debes saber que viene de estas grasas en mayor porcentaje que el aportado por los carbohidratos. Por supuesto, la cantidad que se recomienda ingerir depende de cada persona y el tipo de actividad a la que se dedica.
El cuerpo también habla
La piel reseca es uno de los indicativos de que el organismo tiene un bajo consumo de grasas sanas. Como consecuencias añadidas puede presentarse alarmas en el cuero cabelludo como la caspa o caída del cabello.
Algunos alimentos ricos en Omega también son fuente de biotina. Los huevos, la soja, el aguacate, los pistachos y el coliflor ayudan a proteger el cabello, la piel y las uñas.
Así como el cuerpo habla de carencias, también indica los excesos. Así que a la hora de agregar grasas en la dieta lo que no se puede obviar es su calidad, beneficio y requerimientos individuales. Por último, cuidar las proporciones justas y necesarias.