Personas durmiendo en el suelo, baños desbordados y atención médica que tarda semanas: eso es lo que reporta el abogado de inmigración Marty Rosenbluth, basado en los testimonios de sus propios clientes detenidos en el Stewart Detention Center. Con casi 2,000 personas recluidas cada día, este centro de detención migratorio enfrenta un preocupante nivel de hacinamiento.
“Hay demasiadas personas compartiendo un solo inodoro”
Según los datos más recientes del Centro de Información de Acceso a Registros Transaccionales (TRAC), el promedio de detenidos diarios del Stewart Detention Center es de 1,921 personas, una cifra que supera el mínimo garantizado de 1,600 detenidos.
Es el segundo centro con más inmigrantes detenidos en todo el país y uno de los principales destinos a donde el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) traslada a las personas detenidas en Carolina del Norte para iniciar su proceso de remoción o deportación.
“Está gravemente sobrepoblado. Todos mis clientes me dicen que hay personas durmiendo en el suelo por todas partes: en los módulos, en las unidades, en las salas de descanso. Hay demasiadas personas y, claro, varía de unidad en unidad, pero me dicen que hay demasiadas personas compartiendo un solo inodoro y que muchas veces se desbordan y las personas tienen que esperar para ducharse”, dijo Rosenbluth a La Noticia.
El abogado explica que a esto se suma la precariedad en la atención médica y de salud mental y alimentos “inadecuados” que han empeorado debido a la sobrepoblación y la falta de personal. En lo que va del 2025, dos latinos han fallecido en ese centro de detención.
“Mis clientes me dicen que pueden tardar de dos a tres semanas en conseguir una cita y pedir ayuda médica. Esta prisión no tiene la capacidad para cuidar a tanta gente, pero nadie escucha y a nadie le importa. Creo que la política del gobierno es hacer que las condiciones sean lo más miserables posible para que la gente se rinda y no quiera pelear su caso. Mis clientes me dicen todo el tiempo: ‘Ya no puedo estar aquí’ y tuvo uno que le pidió al juez que por favor lo deportara, le dijo: ‘Prefiero arriesgarme a morir en mi país, que morir aquí’”, lamentó.
Casos como este ocurren en otros centros de detención migratorios que también operan por encima de la capacidad. El más sobresaturado es Adams County Correctional Center en Misisipi, con un mínimo garantizado de 1,100 detenidos y un promedio diario de 2,171 detenidos. Es decir, casi el doble.
Centro migratorio al límite desde marzo
Desde marzo de este año, el promedio de detenidos diarios de Stewart Detention Center ha superado el mínimo garantizado de 1,600. Según datos, de una inspección anual realizada en el 2021, este centro cuenta con 1,752 camas, esa cifra se superó en abril.
“El verdadero problema es que ICE está deteniendo a más personas de las que la cárcel puede manejar. Eso está muy claro. Están deteniendo a demasiadas personas muy rápidamente, y la cárcel simplemente no tiene la capacidad para eso y aunque esté sobrepoblado, igual siguen recibiendo más prisioneros porque les pagan (ICE) por cada uno. Así que sí, quieren el dinero”, indicó el abogado.
Centro de detención limita el acceso a una defensa justa
Rosenbluth cuenta con más de 17 años de experiencia defendiendo a inmigrantes con órdenes de deportación. Esto lo llevó a mudarse de Carolina del Norte a Georgia, para estar cerca de Stewart Detention Center y ofrecer una mejor defensa.
En varias ocasiones contó a La Noticia que este centro de detención, por su ubicación en una zona rural, limita el acceso a una representación legal adecuada y dificulta las visitas de sus familias, algo que ha empeorado en los últimos meses.
“Es muy difícil para nosotros conseguir citas para hablar con nuestros clientes, porque hay muchos abogados intentando hablar con los suyos… Cuando necesitamos hablar con una cita confidencial, puede tardar hasta dos semanas o más en conseguirla, y si mi cliente tiene una audiencia en una semana, es un problema enorme”, indicó.
Agregó: “Por ejemplo, si un cliente me contrató hoy por una audiencia que es la próxima semana, va a ser prácticamente imposible hablar con él directamente y de forma confidencial, entonces no tendría otra opción que pedir que se aplace el caso”. Explicó que esta situación podría llevar a que un inmigrante decida no pelear su caso, al enfrentarse a la posibilidad de tener que permanecer en el centro de detención bajo las condiciones actuales.
“Algunas personas quieren ser deportadas lo más rápido posible y otras sí quieren pelear su caso. Pero, ahora mismo, desde que una persona es detenida hasta que tiene su primera audiencia, pueden pasar de dos a tres semanas o más, y eso es otro problema”, lamentó.