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De izquierda a derecha, Jessica Colmenares, Dania Yero, Katy Edwards, directora de MyrAngel Beauty, Maura Rodríguez, Liseth Perales Perdomo y Amy Sandoval (Foto: cortesía: Liseth Perales Perdomo).

Cinco latinas se graduaron como cosmetólogas en MyrAngel Beauty de Charlotte el jueves 11 de julio. “Lograrlo no fue fácil”, coincidieron cuatro de ellas, quienes en entrevista con La Noticia dieron a conocer los obstáculos que superaron para lograr concluir esta carrera.

Pérdidas de trabajo, embarazos complicados, jornadas laborales muy agotadoras y muy largas para llevar el pan a la mesa, adaptarse a un nuevo país y hacer malabares para dedicar tiempo a la familia. Fueron algunos de los desafíos que estas mujeres superaron para lograr su meta. Estas son algunas de sus historias.

De trabajar en limpieza a cosmetóloga

Liseth Perales Perdomo es venezolana. En su país dedicó toda una década a trabajar como administradora de recursos humanos. Sin embargo, debido a la crisis política y económica, emigró junto a su esposo e hijos para iniciar de nuevo en Charlotte hace cinco años.

El impacto de emigrar fue muy difícil, porque necesitábamos trabajar y empecé en trabajos de cosas que no había hecho en mi país, como limpiar casas y trabajar en pintura y me di cuenta de que no quería dedicar toda mi vida a eso, pero sabía que tenía que certificarme para salir adelante. Así que empecé a trabajar en Uber y a estudiar tiempo completo para terminar rápido y, gracias a Dios, pude finalizar la carrera… Mi sueño es tener mi propio salón”, dijo.

Quedó embarazada y perdió su trabajo, pero no abandonó sus estudios

Jessica Colmenares nació en Charlotte, pero su familia es de México. Con su bebé de cuatro meses en brazo, contó que para terminar la carrera superó varios obstáculos, entre ellos: 

Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, luego quedé embarazada, pero seguía trabajando como mesera en un restaurante mexicano. Con el embarazo tuvimos que reducir gastos, luego solo tuvimos un ingreso en casa y las cosas se pusieron un poco difíciles, pero empecé a estudiar día y noche para terminar rápido”.

Colmenares añadió que cuando dio a luz, su bebé fue internado en el hospital y empezó a cuestionarse sobre si continuar o renunciar a su sueño, pero recordó los beneficios de la cosmetología, como tener mayor independencia, contar con un trabajo creativo y la posibilidad de tener un negocio. Esto la empujó a continuar y graduarse en menos de dos años.

Trabajaba en una fábrica de día y estudiaba en las noches

Maura Rodríguez es de México, pero emigró hace 24 años. En Acapulco trabajó en un salón de belleza. Al mudarse a Charlotte pensó que podía continuar dedicándose a la peluquería en su hogar, pero descubrió que sin una licencia tendría que tomar otro rumbo.

Me decepcioné cuando me enteré de que no podía hacer eso que me gustaba, y cómo mis hijos eran pequeños y los horarios del salón eran inflexibles, pausé esta meta y empecé a trabajar en una fábrica. Empecé a ver este sueño como algo truncado… Cuando mis hijos crecieron, converse con ellos y les expliqué que no iba a estar mucho tiempo en casa, ellos me apoyaron y en mi trabajo me permitieron cambiar de horario cuando tuve que ver una clase en la mañana. Siento que fue una inversión para superarme y salir adelante y aún me sorprende que lo logré. Mi sueño es tener mi salón y ya estoy trabajando en eso”.

Su sueño es dar clases de cosmetología y apoyar a otras latinas

Amy Sandoval es de El Salvador. Asegura que culminar su carrera fue producto del apoyo de otra mujer: su suegra, una estilista, quien le enseñó que la belleza no solo es un negocio, sino una forma de cambiar vidas.

No elegí esta carrera, siento que la carrera me eligió a mí, porque aprendí que la belleza trae cosas buenas. Al cambiar la apariencia de la gente, las haces sentir bien y así me enamoré de eso. Terminar la carrera me tomó 3 años, porque quedé embarazada y tuve un bebé por cesárea. Su crianza me frenó un tiempo, también el no contar con un vehículo… Muchas veces pensé en rendirme al ver que llegaba tarde o que se me dificulta llegar a las clases, pero mi familia me apoyó y juntos lo logramos”, indicó.

Cuenta que su sueño es ser maestra de cosmetología y ayudar a otras latinas para que se superen a sí mismas.

Katy Edwards es la directora de MyrAngel Beauty. Estimó que en los últimos años casi el 80 % de las mujeres que buscan ser cosmetólogas son latinas.

“Las latinas son emprendedoras y buscan tener un negocio propio… Las he visto superar situaciones fuertes como escapar del abuso doméstico, dejar atrás carreras que no les gustan, jovencitas limpiando casos que quieren superarse y estudian en la noche, amas de casas que deciden cambiar el rumbo de sus vidas y salir adelante”, señaló.

Edwads contó que el instituto cuenta con admisión abierta todo el año, para no cerrar las puertas a las mujeres que se quieren superar. Para conocer más de esta academia, visita el siguiente enlace.

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Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.