La administración de Joe Biden anunció este martes 21 de junio que renuncia a usar, producir y comprar minas antipersona o terrestres.
Con esta decisión Estados Unidos se une a la mayoría de los países del mundo, incluidos todos sus aliados de la OTAN.
Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional mediante un comunicado afirmó:
''Una vez más, el mundo ha sido testigo del impacto devastador que pueden tener las minas antipersona en el contexto de la guerra brutal y no provocada de Rusia contra Ucrania''
También el funcionario precisó que uno de los objetivos de Washington es unirse a la Convención de Ottawa de 1997.
La convención de Ottawa es el principal tratado internacional que prohíbe las minas antipersona, Estados Unidos aún no ha firmado el tratado.
Sin embargo existe una excepción con la defensa de Corea del Sur.
Pero se alinea con gran parte de los compromisos de este texto, es decir, vuelve a lo que era su posición antes del mandato del expresidente Donald Trump.
La nueva política hará que EE.UU cumpla con la mayoría de los aspectos del tratado que:
Prohíbe la producción y compra de minas, y prohíbe su exportación y transferencia excepto cuando sea necesario para su destrucción.
Las regulaciones también comprometen a EE.UU. a destruir las minas estadounidenses existentes que no se consideren necesarias en Corea del Sur.
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¿Qué tan letales son las minas antipersonales?
Según las autoridades de Estados Unidos, las minas antipersonales usadas aún por algunas naciones, matan a unas 7.000 personas al año.
La gran mayoría de las muertes provocadas por minas terrestres son de personas civiles y niños.
El arsenal de Estados Unidos incluye unos 3 millones de minas antipersonal, todas estas tienen características de autodestrucción o auto desactivación.
La administración Biden ha destacado el costo que las minas terrestres están cobrando en Ucrania durante la guerra, donde los funcionarios dicen que Rusia ha colocado minas indiscriminadamente.
Según datos de la UNICEF, al menos 42 niños han muerto y 109 han resultado heridos durante el último año a causa de las minas terrestres y las municiones sin explotar en las regiones de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania.