La Asociación Estadounidense de Psicología define a los berrinches como una reacción violenta de ira que ocurre normalmente en los niños de 2 a 4 años. Estas involucran comportamientos como: gritar, patear, morder y golpear. Los estallidos suelen ser desproporcionados al estímulo inmediato. Normalmente se vinculan a comportamientos de naturaleza oposicionista que se acentúan durante el segundo año de vida. Aunque los berrinches son un comportamiento común y regular en el desarrollo de los niños, esto no significa que no puedan ser evitados. De la misma forma, la actuación de los padres frente a un estallido es crucial para detenerlo.
Las consecuencias de complacer a los niños en todos sus caprichos, resultan difíciles de manejar a lo largo de toda su crianza. Así mismo, si no se conducen de forma adecuada las pataletas, las probabilidades de que se repitan en un futuro aumentan. Sin embargo, doblegar fuertemente los deseos de los niños también puede traer problemas de conducta. A continuación se presentan algunos consejos para evitar los berrinches:
1. Establezca directrices de comportamiento:
Tener un estilo autoritario de crianza o, por el contrario, uno demasiado enfocado en el niño, no resulta efectivo. Un estilo de crianza más equilibrado en el que se establezcan lineamientos de comportamiento, pero que al mismo tiempo responda a las necesidades del niño, resulta mas efectivo para evitar las pataletas. El objetivo es crear un ambiente en el que el niño madure y aprenda a controlar su voluntad, sin necesidad de tener reacciones violentas.
2. Evalúe las circunstancias:
Para que un berrinche tenga lugar solo se necesitan tres factores: el niño, el adulto y un ambiente. Estos usualmente ocurren cuando las necesidades del niño no han sido satisfechas. En este sentido, cuando se habla de necesidades el espectro es bastante amplio, sin embargo, el hambre, el sueño, el cansancio o la falta de atención, son los detonantes más comunes.
A los adultos algunos ambientes le resultarán perfectamente normales. A un niño de dos años, o menos, el ambiente de un centro comercial, por ejemplo, le puede resultar estresante, lleno de ruido y de gente extraña. Es más probable que ocurran los berrinches en lugares donde se dificulte más la intervención, identificar las circunstancias en las que las pataletas ocurren normalmente, resulta beneficioso para evitarlas.
3. Conozca las necesidades de su hijo:
Como ya se ha mencionado, las pataletas son, generalmente, producto de alguna necesidad que no ha sido satisfecha. Existe una gran diferencia entre malcriar al niño y atender sus necesidades básicas. Mientras más seguro se sienta el niño y cuente con un adulto significativo que lo acompañe y lo ayude, más respetará los límites de comportamiento.
4. Mantenga un horario:
Establecer una rutina puede ayuda a bajar los niveles de ansiedad, pues establecer un horario permite al niño anticipar lo que está por suceder y de esa forma le está enseñando que la vida es manejable y que al planificarse, se pueden superar los inconvenientes. Un itinerario permite, además, satisfacer las necesidades del niño, pues evitará las pataletas por hambre, por falta de sueño o por falta de actividad. Organice las comidas y meriendas, las horas de dormir, las siestas y las actividades que el niño realizará en el día.
5. Preste suficiente atención a su hijo:
A veces el principal detonante de un berrinche es la falta de atención de los padres u otros adultos. Desconectarse de los dispositivos electrónicos y del trabajo es necesario para brindarle tiempo de calidad y cubrir las necesidades de atención y afecto del niño.
Evitar los berrinches anticipándose a sus posibles causas es una de las mejores maneras de lidiar con ellos. La educación preventiva es más efectiva que la reactiva. Enseñar a su hijo a manejar sus emociones evitando reacciones desproporcionadas le traerá grandes beneficios a lo largo de su vida.
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