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Procurar separaciones puede ser una experiencia de ansiedad para el bebé como para la madre, pero una experiencia necesaria para fomentar la independencia y madurez emocional.

La experiencia de apego en los niños es un proceso necesario e indispensable para su desarrollo emocional. Así también, es la base en la cual se construye las relaciones interpersonales a largo plazo.

La primera experiencia de apego que tiene el recién nacido es con las figuras de cuidado primario como la madre y el padre. A través del olfato el bebé va estableciendo un lazo o vínculo emocional con su figura cuidadora que, junto con el alimento, recibe el mensaje de amor y de cuidado.

Esta experiencia debe ser consistente y amorosa para que el infante pueda desarrollar un apego seguro y estable. Cuando un infante llora, es porque tiene una necesidad que hay que suplir; hambre, cambio de pañal, dolor, malestar o simplemente una necesidad de afecto y cariño. De la estabilidad que le podamos proveer los primeros años de vida en suplir sus necesidades, va a influenciar el proceso de las separaciones.

¿Cuál es la mejor manera de trabajar con las separaciones?

En los primeros meses de vida, el bebé no puede asociar que, aunque la madre o la figura cuidadora desaparezca de su campo visual, sigue existiendo. Es por esta razón que a través del proceso del llanto, el bebé puede comenzar a asociar que cuando llora, su madre aparece para suplirle su necesidad. No es hasta los 7 meses que, aproximadamente, a través de estas asociaciones, que el infante puede reconocer que aunque la madre no esté en su campo visual sigue existiendo y estará para él o ella cuando la necesite.

Esto se puede observar cuando se le esconde un juguete y el bebé sigue buscándolo, es decir, saber que el juguete sigue existiendo aunque no lo pueda ver en el momento.

Procurar separaciones puede ser una experiencia de ansiedad para el bebé como para la madre, pero una experiencia necesaria para fomentar la independencia y madurez emocional. Mientras más expandamos las conexiones emocionales del bebé, mayores serán sus recursos emocionales para manejar las separaciones. 

¿Cuál es la mejor edad para promocionar separaciones del infante de su madre?

No hay una respuesta universal para esta pregunta porque la realidad de cada familia es diferente. Hay familias que, aunque quisieran poder cuidar al bebé en la casa, esto no es posible por diversas razones.

En el caso que tenga la posibilidad de decidir el momento de separación, se pudiera utilizar el momento en que el bebé reconoce que la madre sigue existiendo aunque no la pueda ver como un marco de referencia. Hay madres y padres que prefieren esperar a que el bebé pueda hablar para que pueda expresar alguna incomodidad.

Lo importante es que al momento de trabajar con la separación, lo pueda hacer de forma paulatina y gradual para que el bebé y la madre puedan ir tolerando y manejando la angustia que puede generarles la separación. Recuerden que los hijos solo necesitan una madre lo suficientemente buena porque perfectas no son. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D.
Psicóloga Clínica e Investigadora 
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill
Departamento de Psiquiatría

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría