El futuro de los niños está profundamente influenciado por diversos factores como la educación, la salud, la condición económica y el entorno en el que crecen, que guían su bienestar general. Estos elementos pueden determinar las oportunidades lo largo de sus vidas y son un reflejo en parte de las políticas de cada estado para brindar a sus residentes la calidad de vida que merecen.
Carolina del Norte, como un estado próspero, tiene mucho por ofrecer a sus habitantes, pero también presenta desafíos a la comunidad. Así lo refleja la 35.ª edición del libro de datos KIDS COUNT® de la Fundación Annie E. Casey. El estudio, se centró en examinar las disminuciones académicas de los estudiantes en áreas esenciales como las matemáticas y la lectura provocadas por el efecto de la pandemia de COVID-19 en la educación.
El énfasis en las competencias educativas, se debe a que esta tendencia es una señal de alarma para el futuro. Y es que las crecientes disparidades académicas entre los estudiantes el día de hoy, son un reflejo de la mal formación de la fuerza laboral estadounidense del mañana. Una sociedad carente de habilidades de alto nivel en lectura, matemáticas y resolución de problemas, no podrá atender los desafíos que requiere una economía global competitiva.
¿Cuáles son los peores indicadores que afectan a los niños desde la pandemia?
Desde el año 2022, a medida que se aliviaron las restricciones por la pandemia de COVID-19, al menos seis indicadores empeoraron entre 2019 y 2022 en el ámbito nacional, siendo los principales los logros educativos y la tasa de mortalidad infantil y adolescente.
La competencia de lectura en niños de cuarto grado y las habilidades matemáticas en los de octavo, resultaron en una drástica disminución. El problema es que aun después de la pandemia no se lograron estabilizar, indicando un retroceso significativo en el nivel educativo de la población.
Por otro lado, la tasa de mortalidad infantil y adolescente también se mantuvo elevada en 2022, con 17 muertes por cada 100,000 niños y adolescentes, frente a 14,7 en 2019.
Entre las tendencias positivas, la seguridad económica de los padres mejoró, puesto que el 62.4 % de los niños vivían en hogares económicamente seguros en 2022, en comparación con el 58.4 % en 2021. De igual manera, la tasa de pobreza infantil disminuyó del 17.2 % en 2021 al 15.9 % en 2022, volviendo a niveles prepandémicos.
También se observaron tendencias positivas en los ámbitos familiar y comunitario. Menos niños vivían con padres que carecían de un diploma de escuela secundaria y disminuyó el número de niños que vivían en comunidades de alta pobreza. La tasa de natalidad entre adolescentes alcanzó un mínimo histórico en 2021 y se mantuvo estable en 2022 en 14 nacimientos por cada 1000 mujeres adolescentes.
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¿Cuál es el estado de bienestar infantil en Carolina del Norte?
Carolina del Norte ocupó el lugar 33 en bienestar general en el estudio KIDS COUNT. En aspectos específicos esta es la situación de los niños del futuro:
Bienestar económico.
Para ayudar a que los niños se conviertan en adultos preparados y productivos, los padres necesitan empleos con salarios que mantengan a la familia, viviendas asequibles y la capacidad de invertir en la educación y el futuro de sus hijos. Esto les permite acceder a más recursos, alejarse de la pobreza y de otras situaciones que pueden socavar su futuro.
En este ámbito, Carolina del Norte mejoró en 2022 respecto al 2019 en cuanto a reducción de niños en pobreza (20 % al 17 %). Esto se explica porque más padres se emplearon en ese período de tiempo, cuando el 26 % de los progenitores no contaban con un empleo en 2019 y bajó al 25 % en 2022).
Sin embargo, todavía 34,000 adolescentes no iban a la escuela ni trabajaban al 2022, esto era un 6 % de la población juvenil, frente al 7 % en estas condiciones al inicio de la pandemia. Por otro lado, no cambió el hecho de que los niños viven en hogares con una carga elevada de costos de vivienda, con un 26 % que no varió en el tiempo estudiado.
Salud.
La mala salud en la niñez afecta aspectos críticos de la vida de los niños, como la preparación y asistencia a la escuela, y puede tener consecuencias duraderas en su salud y bienestar futuros.
Los problemas de salud afectan de forma marcada a los niños y adolescentes en Carolina del Norte, que ocupa el rango 33 en ese ítem. Y es que en 2022 más de 11,000 bebés (9 %) tuvieron un bajo peso al nacer, empeorando los registros del 2019. La alimentación pobre así como las afecciones mentales que vinieron con la pandemia dejaron sus frutos en estos rubros.
Asimismo, en 2022 hubo 37 muertes de niños y adolescentes por cada 100,000 frente a 27 en 2019. Esto ocurre a pesar de que mejoró la cantidad de niños con seguro médico (5 % frente a 6%). No obstante, si bien no hay relación en el estudio, se puede anticipar que se debe a un dato alarmante de que el 30 % de la población de niños y adolescentes de 10 a 17 años tiene sobrepeso u obesidad en Carolina del Norte.
Educación.
La educación, un aspecto que puede determinar el éxito de las generaciones del mañana y a su vez impactar en el desarrollo del país, está en un rango 24 en Carolina del Norte.
Los peores índices coinciden con los de la mayoría de los estados, donde hay cada vez más estudiantes de cuarto grado que no dominan la lectura (64 % en 2019 vs 68 % en 2022), mientras los de octavo tienen problemas con las matemáticas (63 % en 2019 vs 75 % en 2022).
Un mal reflejo de esto es que desde antes de la pandemia ya hay niños pequeños (de 3 y 4 años) que no están en la escuela. En un análisis del 2013 al 2017, tuvo el mismo 58 % de niños en estas condiciones que surgió en el estudio del 2018 al 2022. La única mejoría en los aspectos educativos fue que más estudiantes de secundaria se graduaron a tiempo (14 % entre 2018 y 2019 vs 13 % entre 2020 y 2021).
Familia y comunidad.
Ocupando el rango 34 en familia y comunidad, Carolina del Norte resultó mejor en todos los aspectos que se analizaron, coincidiendo con los resultados nacionales. Lo principal que vale la pena destacar es la cantidad de niños que viven en zonas de alta pobreza desde el 2013 (11 %), ya que entre 2018 y 2022 se redujo a 164,000 (7 %).
También se destaca que hay menos niños en familias monoparentales entre el 2019 (37 %) y el 2022 (36 %). Mientras tanto, se redujo la cantidad de niños de familias donde el cabeza de familia carece de diploma de escuela secundaria y hubo menos nacimientos de adolescentes por cada 1,000, bajando de 18 a 15.
¿Qué se puede hacer para mejorar las posibilidades del futuro infantil?
Para mejorar los indicadores de bienestar infantil en Carolina del Norte, urge implementar políticas y programas integrales que aborden las necesidades específicas de los niños y sus familias.
Invertir en la educación desde la primera infancia, asegurando que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad y recursos educativos adecuados, puede ayudar a cerrar las brechas académicas. Además, es necesario proporcionar apoyo adicional a los estudiantes que se han visto más afectados por la pandemia, como tutorías y programas extracurriculares. Paralelamente, se debe trabajar en la mejora de los servicios de salud mental y física, garantizando que todos los niños tengan acceso a atención médica de calidad y programas de nutrición adecuados.
Además, para combatir la pobreza infantil y mejorar la seguridad económica, se requiere crear más oportunidades laborales bien remuneradas para los padres y apoyar políticas que promuevan la vivienda asequible. Fortalecer las redes de apoyo comunitarias y familiares, como servicios de cuidado infantil accesibles y programas de capacitación laboral para padres, también es fundamental.
La colaboración entre el gobierno, organizaciones sin fines de lucro y el sector privado puede ayudar a crear un entorno más favorable para el desarrollo infantil, asegurando que todos los niños en Carolina del Norte tengan las oportunidades necesarias para prosperar y alcanzar su máximo potencial.