El inmigrante mexicano que vivió en un santuario de Durham antes de que, según activistas, le tendieran una trampa para deportarlo, murió el 4 de julio tras batallar con las secuelas de un accidente de tránsito sufrido en Veracruz, México.
Los mensajes de condolencias llenan el muro de Facebook de su hijo, Daniel Oliver Pérez.
"Mi gran amigo, Daniel Oliver Pérez. Que Dios llene ese vació que tu Gran Guerrero papá les ha dejado. Resignación a toda tu familia mi camarada",
escribió en Facebook Nacho López a Daniel Oliver Pérez.
Samuel Oliver Bruno, quien era diabético, fue sometido a cirugías y terapias después del accidente, contó su amiga Kim Jinorio Swanson en una campaña de GoFundMe.
Su historia era conocida en Carolina del Norte porque permaneció refugiado durante 11 meses en una iglesia en Durham antes de su deportación.
A Oliver Bruno le dijeron que fuera a una cita con autoridades migratorias para un escaneo de huellas dactilares asociado a una petición de Acción Diferida, pero al llegar lo arrestaron y deportaron.
Al mexicano lo separaron de su hijo y esposa, Julia, quien necesitaba atención médica por padecer de lupus.
La autoridades migratorias habían permitido a Oliver Bruno mantenerse en el país desde 2014 para apoyar a su esposa, que necesitaba ser operada a corazón abierto en ese momento.
Él tenía permiso de trabajo y era un sostén para su familia. Sin embargo, en 2017 le dieron una orden de deportación, pero consiguió permanecer refugiado en la Iglesia Metodista Unida de City Well.
Luego de ser deportado, Oliver Bruno no volvió al país. Poco menos de dos años más tarde sufrió el accidente de tránsito.
Su amiga Kim Jinorio Swanson había estado recaudando fondos en GoFundMe para apoyarlo en su tratamiento.