En Estados Unidos, el país que más ha sufrido el impacto del COVID-19, miles de personas en condiciones de pobreza dependen del estímulo económico de 600 dólares semanales por parte del gobierno.
Una especialista de la salud dental con dos hijos tiene problemas para comprar leche y pañales; una maquillista desempleada con un par de niño pequeños y un esposo discapacitado no tienen dinero para la renta y comida; un administrador de hotel asegura que la falta de trabajo ha agudizado su ansiedad e insomnio.
La pandemia de coronavirus cambió la vida de todo el mundo. Las formas de trabajar ya no son las mismas y muchas personas perdieron su empleo por la crisis económica.
"Mi peor pesadilla se ha hecho realidad. Verano 2020 podría ser la película de horror del próximo año", dijo Liz Ness, quien fue despedida de una agencia de recursos humanos en Nueva Orleans y ahora teme ser desalojada de su casa el mes próximo si no recibe el estímulo económico por parte del gobierno.
Estímulos económicos: el debate de los congresistas
Los congresistas debaten la reanudación de los estímulos económicos, pero en caso de que se acepten de nuevo, la ayuda sería menor a 600 dólares y podría llegar demasiado tarde para personas que están en verdaderos problemas.
"Los miembros del Congreso tienen el lujo de llegar a un acuerdo esta semana y votar la semana siguiente y lanzarlo en las semanas que siguen. Las familias no tienen ese lujo, se quedan sin dinero mañana", dijo Brian Gallagher, director general de United Way Worldwide, una organización que trabaja en la recaudación de fondos y la distribución de ayuda.
Alrededor de 30 millones de estadounidenses se han quedado sin trabajo y muchos de ellos sobreviven con los seguros de desempleo, que dan menos de 400 dólares a la semana.
El gobierno federal dijo que más de 1 millón de personas solicitaron el seguro de desempleo esta semana. Antes del COVID-19, la cifra semanal nunca había superado las 700 mil solicitudes.
Otras organizaciones que están reportando un aumento considerable en las demandas de gente necesitada son los bancos de alimentos.
Grupos caritativos sin fines de lucro advierten problemas hipotecarios cuando la ayuda de 600 dólares termine.