Francesco Forgione, conocido como el Padre Pío tenía en sus oraciones a sus feligreses que lo recuerdan especialmente cada 23 de septiembre.
Nació nació en la localidad de Pietrelcina, en Italia, en 1887, de ahí que también se le conoció a partir de que fuera ordenado como Padre Pío de Pieltrecina. Su vocación religiosa desde muy joven lo llevó a iniciar sus estudios en un convento a sus 16 años.
Contó con el apoyo de su padre, quien para mantener sus estudios emigró a Estados Unidos y luego a Argentina.
Gran parte de su vida como sacerdote y fraile capuchino la vivió en el convento de San Giovanni Rotondo, donde vivió hasta su muerte en 1968, a la edad de 81 años.
El 23 de septiembre del año 2000 el Papa Juan Pablo II canonizó al Padre Pío de Pieltrecina, cuyo cuerpo permanece intacto.

La relación de San Pío con el Ángel de la Guarda y el Sagrado Corazón de Jesús
La historia del Padre Pío está llena de acontecimientos, algunos considerados paranormales.
Desde niño, Francesco aseguraba que podía hablar con su ángel guardián. También con el de otras personas y suponía que eso era algo natural, por lo que no comprendía el asombro de otros. De ahí que hiciera famosa una oración para pedir protección al custodio.
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Otra de las particularidades del Padre Pío, es que poseía los estigmas (marcas) de las heridas de Jesucristo en el Calvario. Desde algún momento de su vida comenzó a sangrar en sus manos, pies y el costado de su cuerpo. El olor de la sangre era de perfume a flores, denominado "olor a santidad".
Miles de fieles y hasta incrédulos lo visitaban para evidenciar las marcas. Pero en algún momento se le prohibieron las visitas y celebrar misas por mandato del Vaticano. Juan Pablo II cuando era un sacerdote fue uno de las personas que lo visitó en su especie de "arresto domiciliario" que duró 10 años.
A falta de una explicación lógica de sus heridas comenzó a usar guantes en público cuando le permitieron renovar su actividad como sacerdote.

Oraciones al Padre Pío por milagros urgentes
Bienaventurado Padre Pío, testigo de fe y de amor.
Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo.
El dolor marcó tu vida y te llamamos "Un crucificado sin Cruz".
El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.
Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.
Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros.
Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración que rezaba el Padre Pío para pedir por sus fieles
("Novena Eficaz del Sagrado Corazón de Jesús" compuesta por santa Margarita María Alacoque)
I.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: "En verdad les digo, pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá". He aquí que, confiando en tus santas palabras, yo llamo, busco, y pido la gracia... (hacer la petición).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío en Ti.
II.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: "En verdad les digo, pasarán los cielos y la tierra pero mis palabras jamás pasarán". He ahí que yo, confiando en lo infalible de tus santas palabras pido la gracia (hacer la petición).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.
III.- ¡Oh Jesús mío!, que dijiste: "En verdad les digo, todo lo que pidáis a mi Padre en mi Nombre, se les concederá". He ahí que yo, al Padre Eterno y en tu nombre pido la gracia (hacer la petición).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, espero y confío Ti.
¡Oh Sagrado Corazón de Jesús, el cual es imposible no sentir compasión por los infelices, ten piedad de nosotros, pobres pecadores, y concédenos las gracias que pedimos en nombre del Inmaculado Corazón de María, nuestra tierna Madre, San José, padre adoptivo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros. Amén.
Oración a San Pío compuesta por San Juan Pablo II
Enséñanos, te rogamos, la humildad de corazón para estar entre los pequeños del Evangelio a quienes el Padre prometió revelar los misterios de Su Reino.
Danos una mirada de fe capaz de reconocer inmediatamente en los pobres y en los que sufren el mismo rostro de Jesús.
Sostennos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haznos experimentar la alegría del sacramento del perdón.
Transmítenos la tierna devoción hacia María, madre de Jesús y nuestra.
Acompáñanos en la peregrinación terrenal hacia la Patria beata, a donde esperamos llegar también nosotros para contemplar por toda la eternidad la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Oración al Padre Pío por los enfermos
Santo padre Pío, ya que durante tu vida terrena mostraste un gran amor por los enfermos y afligidos, escucha nuestros ruegos e intercede ante el Padre misericordioso por los que sufren.
Asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo; sostiene a quienes han perdido toda esperanza de curación; consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores; protege a quienes no pueden atenderse o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia; alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar; alivia a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa; acompaña a quienes pasan las noches insomnes; visita a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos; alumbra a quienes pasan una "noche oscura" y desesperan; toca los miembros y músculos que han perdido movilidad; ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan; apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran; calma a quienes se estremecen por dolores y calambres; concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan; devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia; disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos; vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento; guía a los moribundos al gozo eterno; conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios; y bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia y los protegen con caridad.
Amén.
Oración a Jesús por intercesión de San Pío de Pietrelcina
Oh Dios, que a San Pío de Pietrelcina, sacerdote capuchino, le has concedido el insigne privilegio de participar, de modo admirable, de la pasión de tu Hijo:
concédeme, por su intercesión, la gracia de... (decir la petición) que ardientemente deseo;
y otórgame, sobre todo, que yo me conforme a la muerte de Jesús para alcanzar después la gloria de la resurrección.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (3 veces)