El éxito de las Escuelas de Charlotte-Mecklenburg (CMS) depende en gran parte de cómo le va los estudiantes latinos. Son el segmento con el crecimiento más rápido de todo el cuerpo estudiantil, con 40,000 estudiantes clasificados como latinos.
Las familias, que en la mayoría de los casos estaban intentando superar las barreras del idioma y brechas culturales antes de la pandemia, se vieron obligadas a asumir un papel aún más importante en la educación de sus hijos. Esto sucedió mientras la comunidad se enfrentaba a un mayor riesgo ante el COVID-19, ya que muchos adultos desempeñan trabajos esenciales.
Los defensores de la comunidad dicen que con frecuencia, lo hacían sin el apoyo adecuado.
Por ejemplo, Magaly Rodas señala que intenta mantenerse involucrada en la educación de su hijo. Tiene 10 años y está en cuarto grado en una escuela de primaria de CMS en el cual dos tercios de los estudiantes son latinos.
Pero esta madre guatemalteca dice que casi nunca encuentra un intérprete de español que la ayude a comunicarse. Rodas cuenta que cuando llama a la escuela y le dicen “No español” o la ponen en espera y eventualmente la llamada se cae.
“Cuando voy a la escuela y me hablan en inglés, yo no sé que me dijeron,” explica. “Les pedí una persona que hable en español y no hay y me hablan en inglés, yo no sé.”
El grupo de educadores del Comité de Liderazgo de Educacion Latinoamericano dice que esta es una experiencia común en CMS. El grupo surgió hace seis años después de un taller de Queens University sobre los retos a los que se enfrenta la comunidad latina en Charlotte.
Nhora Gómez-Saxon, miembro del comité y profesora en South Mecklenburg High, dice que una vez llamó a varios escuelas a ver cómo le responderían a un padre hispanohablante.
“Dije ‘¿Español, por favor? Español, por favor,’” recuerda. “Click.”
En cerca de tres docenas de las 180 escuelas del distrito, los estudiantes latinos sobrepasan a los estudiantes afroamericanos y blancos.
Gómex-Sazon dice que en el 80 % de las “escuelas en los que los latinos son un componente considerable del cuerpo estudiantil no respondieron el teléfono en español ni encontraron a alguien que hablara español, y simplemente le colgaron al padre que estaba llamando.”
Esto se presentaba antes de la pandemia, cuando ayudar a las familias a conectarse con las escuelas de sus hijos ya era un reto. El año pasado, con los estudiantes en casa, una carga mayor le cayó a los padres. Incluyendo a muchos que no hablaban inglés, no sabían manejar bien la tecnología o trabajaban en horarios que no les permitían supervisar las clases virtuales de sus hijos.
"La comunidad latina se vio muy, muy, muy afectada” comentó Gómez-Saxon. “Entonces ya estábamos atrasados, pero ahora estamos en un estado de emergencia.”

Educación remota con barreras
Magaly dice que fue a la escuela de su hijo y recogió una laptop. Sería la primera vez que su hijo tendría un computador en casa.
Explica que le dieron instrucciones en inglés, las cuales no pudo entender. En su casa, se juntó con otros vecinos que también tienen hijos en la misma escuela, y no hablan inglés, para intentar comprender.
Cuenta que un trabajador hispanohablante del CMS la llamó para darle las instrucciones pero que no fueron muy amables y comprensivos, lo que le hizo aún más difícil entender las indicaciones por medio de la llamada.
Magaly recurrió a La Coalición Latinoamericana para recibir la ayuda necesaria. Pero enfatiza que no fue el CMS quien la asistió.
“Como que la escuela dijo ‘Wow, todo está bien ya,’ pero ellos no saben el proceso que nosotros pasamos y cómo nos complicamos para poder ponerlos a estudiar en línea,” comentó.
Los resultados de exámenes demuestran grandes retrocesos
En el 2021, después de un año de clases en línea, el 85 % de los estudiantes latinos del CMS no alcanzaron la calificación de lectura considerada como un marcador de su éxito a futuro y el 87% estuvo por debajo de ese puntaje en matemáticas.
En una reunión del Comité Escolar en septiembre, el Superintendente Earnest Winston identificó ese hecho como el mayor reto para el distrito. Las calificaciones de los estudiantes latinos no solo cayeron dramáticamente de un año para el otro, sino que además, no les fue tan bien como a los otros estudiantes latinos a nivel estatal, dijo Winston.
“La razón exacta del por qué está bajo investigación y hay más trabajo por hacer para entender exactamente qué sucedió,” explicó en ese entonces.
En diciembre el Comité Escolar votó sobre algunas prioridades académicas cruciales. Mejorar el puntaje de lectura de los estudiantes latinos de tercero fue una de ellas.
Pero ya habiendo completado más de la mitad del año escolar, encontrar soluciones sigue siendo un trabajo en curso.
El término “latino” cubre a un grupo grande y diverso
Si los estudiantes latinos en el CMS fueran su propio distrito, estarían entre los más grandes del estado. Mientras que la matrícula de los estudiantes blancos y afroamericanos ha bajado, el número de estudiantes latinos en el CMS sigue creciendo.
Esos 40,000 estudiantes hacen parte de un grupo diverso. Algunos hablan inglés fluido y tienen mucho apoyo familiar.
Y otros florecen pese a los obstáculos.
Carlos Díaz, por ejemplo, llegó a Estados Unidos de Santo Domingo en el 2017 sin hablar mucho inglés. Dice que la pandemia fue difícil, pero que sus profesores en South Mecklenburg High lo ayudaron a superarla.
“Intentan ayudarte creando clases a las que puedes asistir si no hablas inglés bien, como una tutoría. Y encuentran gente que te ayuda,” explicó Díaz.
South Meck tiene más de 1,300 estudiantes latinos. En octubre el colegio resaltó los logros de algunos de sus estudiantes. Díaz, por ejemplo, hace parte de un grupo que ayuda a los angloparlantes a aprender español.
“A la gente que le interesa nuestras culturas, nos encanta enseñarles. Y nos encanta enseñarles español porque hay muchos hispanohablantes aquí,” comentó.
South Meck ofrece clases de español para hispanohablantes, ya que saben que muchos estudiantes pueden hablar el idioma pero no saben leerlo o escribirlo bien. El dominio del español y el inglés les da una ventaja a la hora de ingresar al mundo laboral.

Los desafíos pueden aumentar
Este año el CMS tiene alrededor de 25,500 estudiantes clasificados como “aprendices de inglés” y la mayoría vienen de hogares hispanohablantes. Es el número más alto en un distrito que constantemente lidera el Estado.
Para las familias como la de Magaly Rodas, hay otros desafíos que se suman a la barrera del idioma.
Rodas se retiró de la escuela después de primaria. Tuvo a su hijo a los 13 años. Y por su edad, no pudo obtener su partida de nacimiento. Explica que llegó a Charlotte en busca de asilo en el 2016 después del asesinato de su hermano.
“Nunca quise estar en los Estados Unidos. Siempre he dicho, este no es mi sueño, no fue mi sueño,” comentó Rodas. “Gracias a Dios estoy acá, pero este no fue mi sueño, no, yo mi futuro lo veía allá y mis raíces, toda mi vida en Guatemala.”
Su hijo tenía cinco en ese momento. Pero sin su partida de nacimiento, dice que matricularlo en la escuela fue casi imposible.
Algunos se dieron por vencidos durante la pandemia
Magaly encontró apoyo en La Coalición Latinoamericana, que le proporcionó servicios de interpretación y le dio consejos. Alba Sánchez, una empleada de la Coalición que trabaja con inmigrantes como Rodas, vio a las familias que ya estaban teniendo dificultades para contactar con los colegios de sus hijos darse por vencidos cuando las clases se volvieron virtuales.
“Si no estaban conectados antes de la pandemia eran un caso perdido durante la pandemia,” explicó Sánchez.
José Hernández-París, director ejecutivo de La Coalición Latinoamericana, dice que cuando los padres no podían ayudarlos, algunos estudiantes dejaron tirados sus estudios.
“No tienen a nadie que les traduzca, entonces no entendían qué estaba pasando en la clase y se frustraban y se retiraban,” explicó.
Eso los dejó aún más atrasados este año cuando regresaron las clases en persona.
Los deportes pueden ser una motivación
Los líderes del CMS dicen que están contando con el apoyo de grupos comunitarios como La Coalición para ayudarlos a reconstruir — o simplemente construir — conexiones con las familias hispanohablantes para que los estudiantes puedan ponerse al día.
Hernández-París dice que La Coalición espera ayudar con programas de tutoría, pero los estudiantes necesitan más que solo lo académico. Recuerda su propia experiencia como estudiante del CMS intentando aprender el idioma y dice que las clases no fueron suficientes.
“Teníamos un equipo de fútbol y era importante para mí hacer parte de ese equipo. Esa es la razón por la cual yo iba a la escuela, para jugar futbol,” dijo.
El transporte puede ser una barrera para los estudiantes cuyas familias no tienen carro en las que los padres trabajan por las noches y no los pueden recoger. También señala que los requisitos en las notas, que están diseñadas para motivar a los atletas a mantenerse al tanto de sus estudios académicos, pueden representar un obstáculo para los inmigrantes y refugiados, que tuvieron una interrupción en su educación.
Fredy Romero, profesor de matemáticas y biología para los estudiantes que están aprendiendo inglés en South Meck, coincide en que los deportes son importantes.
“Necesitan jugar, necesitan estar al aire libre,” comentó Romero. “Y eso es un componente clave de nuestra cultura. Queremos tener amigos. Y queremos jugar juntos.”
Las dificultades para encontrar empleados latinos
El CMS está contratando a 34 defensores de familias hispanohablantes para este año escolar. Hasta el momento, han llenado 16 de los cupos. Pero el distrito también se enfrenta a una falta de profesores y administradores latinos, en un momento en el que el solo encontrar profesores ya es un reto.
En un distrito en el que el 58.5 % de los estudiantes son latinos, solo el 2.2 % de los profesores — 0.6 % de los directores es decir uno de 180 — son latinos.
El reto es similar alrededor del Estado, en el cual el 19 % de los estudiantes y tan solo el 2 % de los profesores son latinos.
El gobernador Roy Cooper creó un grupo especial que estudió a lo largo del 2020 las maneras para mejorar los indicadores de todos los profesores y estudiantes de comunidades que son minoría, diciendo que la diversidad es esencial para el éxito. El panel emitió una lista larga de recomendaciones hace un año, señalando que el estado debía inscribir a más personas latinas y afroamericanas en programas de preparación en educación, y después desarrollar una mejor labor para garantizar que al terminar, encuentren trabajos en el Estado y se mantengan en la profesión.
Nhora Gómez-Saxon, la profesora de South Meck, dice que el mercado de trabajo tan competitivo pone a las escuelas públicas en una desventaja.
“Si eres bilingüe tienes mejores posibilidades, más dinero en un banco o en una compañía de telecomunicación,” explicó. “Segundo, las condiciones de trabajo no son buenas. Si hablas otro idioma te va mejor en otro lado.”

‘El impuesto invisible’
Gómez-Saxon, Romero y Diana Toro, colega de South Meck, dicen que los pocos latinos que trabajan en el CMS tienen responsabilidades adicionales. Se les puede exigir que traduzcan algo para un colega que no habla español o que llamen a familias que no hablan inglés.
Romero dice que al enseñar a estudiantes nuevos, a veces también trabaja los fines de semana u horas extras para ayudar a los estudiantes a aprender a navegar el sistema de transporte público de Charlotte, o los lleva a conocer universidades.
Eso es común, según un reporte de un grupo de trabajo estatal, el cual describió a ese trabajo adicional como ‘el impuesto invisible’ para los educadores de comunidades minoritarias.
El grupo de profesores señala que les gustaría ver al CMS utilizar parte del dinero federal por COVID-19 en pagarle más a los educadores bilingües por el trabajo adicional que hacen.
Pero también reconocen que no todas las barreras provienen del distrito. Toro recordó una vez antes de la pandemia cuando South Meck programó una serie de sesiones para padres en temas como la ayuda financiera y el uso de la computadora para seguir el progreso escolar de los estudiantes. Cada sesión se hizo en inglés y en español.
“Tuvimos profesionales en nuestro colegio hablándole en español a nuestros padres,” explicó Toro. “De las 20 sesiones que tuvimos, probablemente llegaron dos padres latinos.”
Toro y Gómez-Saxon no están seguras del porqué fallaron sus intentos.
“Eso ha sido una frustración que hemos discutido mucho. Como ‘por qué no vienen nuestros padres?’” dijo Toro.
“De pronto esa no es la manera, de pronto ellos no tienen que venir. De pronto el CMS debe ir a donde están ellos,” respondió Gómez-Saxon.
Cambiando la visión
Gina Esquivel es consultora de liderazgo en Charlotte y se reúne con líderes cívicos y de negocios para discutir desafíos y oportunidades. Explica que todos son conscientes de la necesidad que existe para ayudar a los estudiantes. Pero, últimamente, el reto es que los estudiantes se pongan metas que vayan más allá de pasar sus clases y obtener un trabajo.
Señala que quiere ver a las familias latinas y a la comunidad en general dejar de verse como trabajadores de servicio y “que realmente se vean como potencias intelectuales que pueden traer mucha innovación.”
Este año traerá una oportunidad para transmitir ideas de cómo hacer que esto se haga realidad: debido a elecciones atrasadas, están disponibles seis puestos para la junta de educación este otoño. El condado de Mecklenburg no ha tenido un miembro latino hasta el momento. Pero los estudiantes del CMS acaban de elegir al primer estudiante latino como Consejero sin poder de voto de la junta para el 2022.
Esta historia forma parte de la serie “Rompiendo Barreras: Desafíos y oportunidades para los estudiantes latinos”. Es producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. This story is available in English on WFAE.