Cualquier persona puede estar vulnerable a ser víctima de violencia doméstica porque es una situación que no discrimina por género, edad, condición social o raza. En la cultura latina se acostumbra el uso del castigo físico para disciplinar, no solamente con hijos, sino también hacia la pareja. Aunque es más frecuente escuchar de hombres que maltratan a sus esposas o compañeras, también hay situaciones donde las mujeres utilizan la agresión para con sus esposos o compañeros.
Muchas veces la violencia física y/o verbal se pasa a través de las generaciones ya sea como un proceso de aprendizaje, es decir, golpeo porque me golpearon, asumir una visión fatalista, “esto fue lo que me tocó vivir” o porque compramos el mensaje de manipulación de la persona agresora “te lo mereces.” La realidad es que la violencia doméstica es un delito y un acto de inmoralidad.
¿Cómo saber si eres víctima de violencia doméstica?
En la violencia doméstica, la persona agresora trata de controlar y tener poder sobre la víctima usando la violencia física, emocional, verbal, sexual y/o controlando las finanzas.
La violencia doméstica se puede manifestar en distintos grados de intensidad, lo cual puede confundir a la víctima cuando la violencia no se manifiesta abiertamente con golpes o agresión física.
Cualquier acto que atente contra la integridad física y emocional de una persona debe ser considerado como una violencia y nadie merece ser tratado con violencia bajo ninguna circunstancia.
Señales de alerta
- Te grita, maldice.
- Te empuja, encierra en un cuarto o en la casa, golpea.
- Controla tu dinero.
- Te amenaza con matarte, quitarte a tus hijos/as o llevárselos a otro país.
- Te persigue, te llama constantemente, te acosa en el trabajo o tienes que enviarle fotos para saber dónde estás o que estás diciendo la verdad.
- Te obliga a tener relaciones sexuales.
- Te amenaza con llamar a las autoridades de inmigración para deportarte.
Ciclo vicioso
La violencia doméstica usualmente se desarrolla en un ciclo vicioso donde actos de violencia son seguidos por arrepentimientos y de acciones para reparar el daño como comprar regalos, o tener conductas de halagos para hacer sentir bien a la víctima.
Esta etapa de “luna de miel” se acaba, y aunque nos ilusionemos con la esperanza de que todo vaya a cambiar, la realidad es que el maltrato continuará y con el peligro de que aumente el nivel de agresión. Solamente por medio de un tratamiento para atender estas conductas agresivas es que pudiera haber la posibilidad de un cambio en conductas.
¿Dónde buscar ayuda?
Buscar ayuda profesional es lo más recomendable para tomar medidas de seguridad de la manera más apropiada. Un profesional puede ayudarte a desarrollar un plan de emergencia que sea seguro para ti y tus hijos/as. Hay líneas disponibles las 24 horas del día para ayudar a víctimas de violencia doméstica. Algunas en Carolina del Norte son:
- Compass Center for Women and Families 919-929-7122
- Sociedad de ayuda legal Winston-Salem 336-725-9166
- Servicios de familia Kernesville 336-723-8125
También, puedes marcar el 911 si sientes que tu vida o la de tus hijos/as están en peligro. Para mayor información se pueden comunicar conmigo al 984-974-3795.
