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La apariencia física es nuestra presentación inicial que tenemos para nosotros mismos y para los otros. Nos conecta con la herencia genética de nuestros padres, nuestros ancestros, y con nuestra etnicidad. Por otro lado, vivimos en una sociedad en la que la apariencia física se presenta como una prioridad, especialmente dictando un cierto estándar de belleza de una figura muy esbelta en las mujeres y un cuerpo musculoso en los hombres.

Estos estándares de belleza pueden fomentar una insatisfacción corporal o una obsesión cuando nuestra apariencia física no encaja con lo que la sociedad promueve como el ideal de belleza.

¿Cómo enfrentar esta presión social?

Ciertamente todos estamos expuestos al mismo mensaje y a la misma presión de cumplir con este ideal de belleza pero, cada uno podemos decidir cuál será nuestra respuesta a esa presión. Algunos aspectos a considerar son:

  • La belleza es relativa y viene en todos los tamaños, formas y colores. No hay una forma única que se pueda definir como la belleza.
  • La belleza es un estado de nuestra mente. Si nos miramos y aceptamos con amor, vamos a encontrar la belleza que otros ven en nosotros.
  • La belleza del exterior es un reflejo de la belleza del interior. Procurar tener una mente y corazón con emociones balanceadas y un espíritu bondadoso hará que tu belleza interior se refleje en tu exterior.

Teniendo en consideración estos aspectos, la pregunta que necesitamos hacernos es, ¿qué prioridad va a tener nuestra apariencia física en nuestra vida?

La vida se trata de balance

Es parte de nuestra cultura latina el querer realzar nuestra apariencia física, tanto en la mujer como en el hombre. No hay nada malo con querer lucir bien y sentirnos bien con nosotros mismo. La clave es darle su justa importancia para que no sea nuestra mayor prioridad pero tampoco que no nos importe.

Señales de alerta

  • Cuando desatiende otras áreas de su vida (ej. hijos, trabajo, salud, economía del hogar) para mantener o cumplir con cierta apariencia.
  • Cuando su felicidad depende o está basada en su apariencia física.
  • Cuando entra en conductas no saludables para mantener cierta apariencia (dietas estrictas, procedimientos que pueden ser dañinos a su salud).

La belleza física es un solo componente de nuestra ser. Muchas veces ponemos mucho esfuerzo en nuestra apariencia física pero poco esfuerzo a desarrollar nuestro ser interno. Recuerden que mantener y cultivar nuestra vida emocional, espiritual y física es lo que nos puede llevar a un justo balance. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría