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Hay una tendencia en la comunidad latina, especialmente en padres y madres, a tener reservas o resistencia a seguir una recomendación de hospitalización para una clínica de salud mental. El desconocimiento sobre qué esperar o el estigma hacia la salud mental, pueden contribuir a la negativa de seguir la recomendación médica

¿Qué es una hospitalización de salud mental? 

Existen circunstancias en donde es necesario que una persona que está pasando por una situación que afecta su salud mental, requiera del cuidado especializado y constante de un equipo de profesionales. Veamos los principales tipos de hospitalización.

Hospitalización de emergencia

Esta hospitalización, usualmente está asociada a una descompensación inmediata y con la presencia de ideas suicidas, algún intento o un plan elaborado para hacerse daño. Esta situación requiere que la persona esté en un espacio seguro y con supervisión 24 horas mientras pasa la emergencia.

Usualmente son estadías cortas (por ejemplo de días o una a dos semanas), para ayudar a estabilizar a la persona y establecer un plan de seguimiento luego del alta.

Hospitalización en una unidad psiquiátrica

Esta hospitalización puede ser un poco más extensa, dependiendo de la situación emocional. Por ejemplo, para pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, la hospitalización tiene como propósito estabilizar médicamente al paciente, restaurar algo del peso, usualmente el 85 % del peso esperado para la edad.

Estas estadías pueden durar semanas o meses, dependiendo de la severidad de la situación. Durante la estadía, se provee terapia individual, terapia grupal, consultas psiquiátricas, consultas nutricionales en pacientes con trastornos de la conducta alimentaria, terapia ocupacional, música, entre otras terapias. La meta es crear unas bases para un proceso de sanación emocional.

La familia inmediata puede hacer visitas y recibir alguna intervención para apoyar el proceso de tratamiento. Luego de esta hospitalización, se puede recomendar un seguimiento de forma ambulatoria con terapeutas y psiquiatras.

En algunos casos, se puede recomendar un tratamiento residencial, que es a más largo plazo.

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Tratamiento residencial

Esta estancia es a largo plazo, donde la persona puede estar varios meses en tratamiento. El programa residencial es recomendado en situaciones donde se entiende hay una necesidad de un apoyo prolongado y regresar al hogar no es lo más indicado.

Usualmente, hay un proceso de terapias más intensivas para aumentar la posibilidad que la persona pueda tener mayor estabilidad en su vida futura.     

¿Quién toma la decisión en caso de menores de edad?

Cuando una persona profesional de la salud mental o médica hace una recomendación para cualquiera de uno estos niveles de atención, hay una razón que lo justifica. Es importante hacer las preguntas que sean necesarias para conocer y entender las razones de las recomendaciones.

Si los profesionales consideran que uno de nuestros hijos/as menores de edad necesitan un tratamiento especial, la responsabilidad de darle seguimiento a las recomendaciones, son de los padres y madres. Es importante no dejar que sus hijos sean los que tomen está decisión porque usualmente, van a rechazar una hospitalización por miedo, por no querer salir de su rutina y actividades o por la resistencia a sanar.

Recuerden que las condiciones mentales no son diferentes a las condiciones físicas. Nunca le preguntaríamos a un hijo/a si quiere recibir tratamiento de quimioterapia para tratar un cáncer o si quiere insulina para la diabetes. Simplemente, seguimos las recomendaciones médicas. Igualmente, ante una situación de salud mental, no seguir las recomendaciones puede costarle la vida.

Esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud mental. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría