Casie vive en Tennessee y tiene una extraña adicción a comer las cenizas de su esposo que tiene 10 años de fallecido.
Lo inusual de su hábito la llevó a ser parte del programa "My Strange Addiction". Allí contó que ella y su esposo Sean eran inseparables. Se casaron en el año 2009 pero un ataque de asma le produjo la muerte al hombre apenas dos años más tarde, en el 2011.
Ante el dolor de perder a su esposo comenzó a llevar las cenizas a todas partes: "al supermercado, de compras, al cine, a comer, a donde sea que vaya, él va". Encontró consuelo comprando la comida que le gustaba y cocinando para su marido, comentando programas de televisión con él y hasta durmiendo al lado de la urna.
Un día Casey, de 28 años, debía cambiar las cenizas de anfora (urna) y le quedaron sus dedos cubiertos del polvo. Como no quería botar a su esposo se lamió los dedos y luego no pudo parar y además realmente ama el sabor que tienen.
Cenizas milagrosas que ayudan a adelgazar
Una de las cosas que ha motivado a Casey a seguir comiéndose las cenizas de forma desenfrenada es que le han aportado un beneficio. Dice que desde que las come ha logrado adelgazar.
"He perdido 42 libras (casi 20 kilos) desde que falleció mi esposo, básicamente lo único que estoy comiendo son sus cenizas", detalló.
La mujer dice que come cenizas entre cinco y seis veces al día mientras le producen cambios físicos.
Método para no comerse todas las cenizas de su esposo pues teme "perderlo"
A lo largo del tiempo por supuesto que las cenizas se han ido agotando. Por miedo a perder de nuevo a su esposo encontró un método para alargar su bocado.
"Primero me lamo el dedo y lo sumerjo, hago un remolino para que quede bien apelmazado y luego me lo como".
No obstante, está clara en que lo mejor es dejar de comerse las cenizas de Sean.
"Tengo que dejar de comérmelo, lo he perdido una vez, esta vez será mi culpa que lo pierda de nuevo", agregó.
