Fue hace ocho años que Sil Ganzó fundó su organización sin ánimo de lucro.
Nacida en Argentina, había trabajado por años en un programa extracurricular para niños refugiados e inmigrantes. El programa cerró en el 2013 lo cual la motivó a abrir un centro similar llamado Our Bridge for Kids.
Ahora trabaja con más de 150 familias y tiene alrededor de 20 empleados. Sin embargo, dice que hasta hace poco no se consideraba una empresaria.
“No sabía que era una emprendedora latina,” explicó Ganzó. “Sino hasta probablemente hace tres meses.”
En ese momento comenzó el Instituto para Mujeres Emprendedoras, una colaboración entre Bank of America y Cornell University.
Enfoque en emprendedoras latinas
El programa de certificación comenzó en el 2018. Ganzó fue una de 20 mujeres latinas que hicieron parte del primer grupo de Charlotte que ingresó al Instituto.
Kieth Cockrell, presidente de Bank of America Charlotte, menciona que el hecho de que fuera un grupo de solo mujeres latinas no fue coincidencia.
“Teníamos un enfoque muy intencional por el crecimiento que estamos experimentando en Charlotte,” explicó Cockrell. “Y el tipo de crecimiento empresarial específicamente que estamos viendo en la comunidad latina y en particular en los negocios cuyas propietarias son mujeres.”
Cockrell dice que alrededor de 30,000 mujeres se han inscrito al programa de certificación y alrededor del 86 % de ellas pertenecen a un grupo minoritario.
Para encontrar a las mujeres latinas que hicieron parte del primer grupo de Charlotte que ingresó al Instituto, Bank of America aunó esfuerzos con la Cámara de Comercio Latinoamericana de Charlotte y Prospera, una organización que trabaja con emprendedores latinos.
Ganzó estaba en un evento para Our Bridge for Kids cuando un miembro de la Cámara de Comercio le recomendó aplicar al programa.
“Lo primero que recuerdo haber dicho es ‘Yo no soy una emprendedora, yo no soy una empresaria. No sé cómo encajo en este grupo,’” comentó Ganzó.

‘Cambio mi manera de pensar’
A pesar de sentir que no contaba con las características necesarias para ingresar, Ganzó señala que muy rara vez le dice que “no” a una oportunidad. Así que se inscribió para el programa de 12 semanas.
“No puedo creer que llegué a dudar de esta oportunidad,” explicó. “Porque realmente cambió mi manera de pensar y me brindó mucha claridad sobre lo que estoy haciendo.”
Ganzó dice que aprender sobre la administración de negocios junto a un grupo de emprendedoras latinas marcó la diferencia.
“Creo que el tener a un grupo de mujeres que tienen experiencias compartidas y culturas similares realmente ayudó con el vínculo de comprensión y apoyo que creamos,” comentó.
Un segundo grupo de 23 emprendedoras latinas de Charlotte comenzó el programa recientemente.
Cockrell dice que en esta oportunidad Bank of America trabajó junto a Cornell para traducir el currículo y contratar a asistentes de clase que hablan español.
Una decisión que según Ganzó ayudará a incluir a más emprendedoras latinas que se sienten más cómodas tomando cursos en su idioma nativo.
“Al ser una inmigrante con un acento y ser una fundadora de una organización y una directora ejecutiva, a veces me encuentro en espacios en los que los latinos somos una marca de verificación,” dijo Ganzó. “Pero creo que Bank of America realmente es muy consciente del hecho de que la diversidad y la inclusión no funciona sin la equidad y la justicia.”
Después de terminar el programa, Ganzó dice que Our Bridge for Kids está trabajando para registrar los derechos de propiedad de su currículo y abrir una segunda sede en Charlotte. Cree que aunque le tomó algún tiempo, pero ahora se ve como una emprendedora social.