En las últimas semanas se habla cada vez más un término que teníamos tiempo sin escuchar: Guerra Comercial. El motivo es un posible conflicto entre EEUU y las grandes potencias del mundo a partir de que Donald Trump, impusiera aranceles del 25% sobre las importaciones de acero y 10% sobre las importaciones de aluminio, excluyendo a sus aliados comerciales más cercanos como Canadá y México.
En respuesta, China impuso aranceles en 128 productos estadounidenses, que representan $3 mil millones de dólares. Aunque esta cifra es relativamente menor a los $50 mil millones de dólares que representan para China las medidas tomadas por Estados Unidos, es un primer paso a una posible escala del conflicto.
Pero, ¿qué es una Guerra Comercial?
Una guerra comercial nace a partir de la imposición de políticas proteccionistas por parte de un país, con el objetivo de hacer más costoso importar determinados bienes para incentivar la producción nacional, y frente a lo cual otros países responden con políticas similares. A medida que empiezan a escalar en impacto, una guerra comercial reduce la apertura del comercio internacional.
¿Cómo puede afectarme?
Una guerra comercial implica un aumento en el precio de aquellos productos importados impactados por un aumento en su costo de importación. A partir de esto, los productores nacionales de estos productos se van a ver beneficiados al tener precios mucho más competitivos en el mercado. Esto implica que van a aumentar sus ventas domésticas y aumentarán sus plazas de trabajo.
Pero por otro lado, aquellas empresas nacionales que dependen de materia prima importada verán sus costos de producción más altos, y los márgenes de ganancias más cortos. Esto los deja con muy malas opciones: aumentar precios y/o recortar trabajos y salarios.
¿Podría llevarnos a una recesión?
Aunque es posible que se diera a futuro, es el peor escenario según análisis del Deutsche Bank. El mayor riesgo viene a partir de un aceleramiento de la inflación, que sumado a una reducción del consumo, pudiese detener el crecimiento económico . Aún así, tanto Deutsche como el banco de inversión Morgan Stanley concuerdan que los países implicados buscarán no desencadenar una guerra comercial de gran escala, debido al peligro que representa para la economía mundial.