Concluyendo nuestra serie sobre con vence los gigantes
de nuestras relaciones, tomando como base la historia de David y Goliat, en 1 Samuel 17: 38, 39 leemos: Después (el rey) Saúl le dio a David su propia armadura (para enfrentar al gigante Goliat): un casco de bronce y una cota de malla. David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante.
.No puedo andar con todo esto
—le dijo a Saúl—. No estoy acostumbrado a usarlo
. Así que David se lo quitó
La intención de Saúl era buena. Él se sentía bien con la armadura militar y pensaba que David se iba a sentir igual. Pero estaba equivocado. David y Saúl eran guerreros, pero diferentes. Cuando Saúl usaba su espada, David usaba una honda; cuando Saúl usaba una lanza, David usaba una piedra lisa; En vez de una armadura, usaba una bolsa llena de rocas. Saúl no cometió el error de detener a David. Sólo quería que antes de comenzar la batalla lo intentara a su manera.
Cambiando al prójimo
Vemos este tipo de actitudes actualmente. Lo vemos en las familias: Esposos tratando de cambiar a sus esposas, a veces por la fuerza. Esposa que toman a sus esposos como proyectos. Padres que quieren vivir vicariamente a través de los hijos.
Lo vemos en el trabajo: Empleados de mucha experiencia que no quieren que los jóvenes tengan nuevos métodos, sino mantener lo métodos tradicionales
.
Lo vemos en las iglesias: Personas que quieren imponer su propio sabor del evangelio a otras personas.
El problema comienza cuando queremos cambiar la gente a nuestra imagen y semejanza. Por ejemplo, yo tengo mi estilo de predicar. Tiendo a usar el humor en mis predicaciones porque así soy en mi vida. Tomo mi trabajo muy en serio, pero a través del humor se han roto muchísimas barreras. En algunos lugares, la gente no se concentra en el mensaje, sino en mi estilo de predicar.
No hay nada malo en preferir un estilo diferente, pero lo malo comienza cuando la gente se acerca para comunicarte (de manera no muy placentera) de cómo puedo cambiar las cosas y tener un estilo muy distinto al que Dios ha designado para mí desde que me creó. Dios me ha confirmado que no debo ser una copia de otros, sino ser auténtico, ser yo mismo.
Ser uno mismo
La decisión tomada por David fue admirable. La mayoría de nosotros hubiera preferido seguir la instrucción de Saúl, especialmente a su edad. Pero la mano de Dios estaba con David cuando dijo: no puedo ir con esto
.
Mi humilde sugerencia es la siguiente: Sé tú mismo. Desarrolla tus dones. Trata de ser lo mejor.
De manera que ya lo sabes. ¡Ahora ve a vencer a los gigantes!
David le respondió al filisteo: —Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los Ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. Hoy el Señor te conquistará... ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
(1 Samuel 17: 45-47)
Roger Hernández. Mdiv
Consejero familiar y motivacional
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