Desde su llegada con el nuevo milenio, las redes sociales como Facebook, Instagram, o Twitter ganaron la atención de millones de usuarios en el mundo y crecieron al punto de moldear la manera cómo interactuamos, o consumimos información. Hay un problema: en su afán por mantenernos el mayor tiempo posible dentro de sus plataformas, estas empresas emplean prácticas que ponen en peligro a sus usuarios.
Las redes sociales llegaron para quedarse, son una parte esencial de la llamada Revolución Digital y proveen múltiples beneficios. Generalmente, plataformas como Facebook, Instagram, o Twitter son asociadas con la innovación; pero estos gigantes tecnológicos se han quedado cortos a la hora de implementar mecanismos que prevengan sus múltiples falencias.
Desde problemas con la privacidad, hasta la radicalización de las ideas (políticas, religiosas, sociales), desde el auge de figuras vacías como ídolos populares, hasta un ecosistema en donde florece la desinformación, las redes sociales poseen un lado obscuro que se combate con reticencia, según reveló Frances Haugen, exejecutiva de Facebook.
Haugen dio a conocer a The Wall Street Journal y a CBS una serie de documentos internos, que señalan que Facebook prioriza su desmedido crecimiento por sobre la seguridad de sus usuarios. Veamos solo dos de estas revelaciones:
Instagram es “tóxico” para adolescentes
Según los documentos internos de Facebook, un estudio de la propia empresa señala que sabían que su red social Instagram era “tóxica” para algunas adolescentes.
Casi un tercio (32 %) de adolescentes aseguraron que cuando se sentían mal con su cuerpo, Instagram las hacía sentir peor.
En medio de estas revelaciones, Facebook anunció el 27 de septiembre una pausa al lanzamiento de “Instagram Kids”, una versión de la plataforma para menores de 13 años.
Burbujas informativas y radicalización de las ideas
Los algoritmos de las redes sociales analizan el comportamiento y gustos del usuario. Esos datos se emplean para ofrecerle sugerencias personalizadas de contenido y publicidad. Esto trajo insospechadas consecuencias: si el algoritmo me presenta solamente temas e ideas con las que estoy de acuerdo, estoy siendo aislado ideológicamente.
Las burbujas informativas son un fenómeno social en donde una persona se rodea solo de quienes piensan igual, sin dar paso al diálogo, o a la exposición de nuevas ideas. Este aislamiento puede llevar a la radicalización.
Un extenso estudio de cuatro años sobre datos de navegación de 200,000 usuarios en Facebook, Reddit, Twitter y otros sitios, elaborado por la Escuela de Comercio McIntire de la Universidad de Virginia, descubrió que particularmente Facebook tiende a polarizar a los usuarios, en particular a los conservadores.
Por ejemplo, los investigadores encontraron que los usuarios conservadores, en los meses en los que visitaban Facebook más de lo habitual, leían noticias que eran un 30 % más conservadoras que las noticias en línea que normalmente leerían.
¿Qué podemos hacer?
Facebook niega las acusaciones de Haugen, asegurando que los datos están sacados de contexto. Lo curioso es que otras entidades, incluidas universidades, han realizado investigaciones que arrojan cuestionamientos similares.
Aunque las redes sociales nos permiten interactuar virtualmente con personas de todo el mundo, el uso excesivo de estas nos desconecta de la realidad y de las personas con quienes estamos físicamente. Por ello, limite su tiempo de uso y establezca reglas para sus hijos.
Es importante que los padres generemos oportunidades de interacción con los hijos, especialmente los adolescentes. Pasemos tiempo juntos, alejados de las pantallas.
Se puede combatir la radicalización de las ideas cuando nos exponemos a otras perspectivas. Por ello es recomendable consumir información de medios serios y profesionales, como La Noticia; en donde hacemos un gran esfuerzo por verificar la información que publicamos y donde abordamos diferentes puntos de vista.
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