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'Me siento aliviado' Beneficiario de DACA en Charlotte celebra decisión de DACA
Eduardo Rivera es un joven de 24 años oriundo de Honduras y viviendo en Charlotte con DACA.

Fue en cuando Eduardo Rivera, quien vive en la parte sur de la ciudad de Charlotte, cruzó la frontera estadounidense con su madre, huyendo una vida de amenazas contra ellos. Hoy, es uno de los muchos beneficiarios de DACA quienes celebran la decisión de la Corte Suprema a favor del programa.

Rivera despertó temprano la mañana del jueves , ansioso por saber cuál sería la decisión de la corte, mientras chequeaba sus redes sociales y mensajes de texto por actualizaciones. Una sonrisa invadió su rostro mientras suspiraba con alivio apenas se anunció la decisión.

Estaba muy ansioso, dijo Rivera. ¡Me siento aliviado!

Siendo devotos cristianos, ambos madre e hijo, acompañados en pensamiento por sus familiares en otras partes del país y su natal Honduras, oraron por este resultado. Después de varias semanas en vilo, planeando una posible mudanza con familiares en España. si DACA dejara de existir, la Corte Suprema les devolvió la calma con un voto 5 a 4.

Esto nos hace saber de que aún existen personas con las que podemos contar. De que nos apoyan y de que están haciendo lo posible por ayudarnos, dijo Rivera.

¿Por qué dejar atrás su país?

Aún estando en Honduras, la madre de Rivera, Daisy, era abogada de profesión en San Pedro Sula, una localidad conocida como una de los más peligrosas en los últimos años. Tras rechazar varios casos propuestos por el gobierno, los cuales que parecían corruptos, vio su vida y la de su hijo en peligro.

Ella empezó a notar carros extraños dando vueltas por la casa, dijo Rivera. También nos atracaron, y aunque no nos haya pasado nada, sabemos que los atracadores tenían intención de matar a quien estuviera dentro.

Su madre no pudo más. Poco tiempo después, decidió contratar un coyote para ayudarlos a cruzar la frontera. A pesar de solo tener 8 años cuando todo sucedió, Rivera recuerda todo.

Duramos una semana en cruzar la frontera, dijo. Manejamos por Guatemala, México y después cruzamos la frontera.

Rivera dice que, aunque su madre pudo haber pedido asilo en Estados Unidos, temía que el estatus de asilo podía ponerlos en riesgo y revelar su ubicación.

Cuando estás pasando por todo eso, en el momento no piensas en nada más que tener que largarte, dijo Rivera.

El trayecto

Rivera y su madre fueron detenidos por agentes fronterizos en la frontera en Brownsville, Texas, poco después de haber cruzado con el coyote, en una lancha inflable. Los detuvieron en el centro de detención de Port Isabel, alrededor de 32 kilómetros de donde los detuvieron. Rivera dice que, dos días después, tras largas interrogaciones, acusaciones de ser coyotes, y amenazas de ser separados, el joven y su madre fueron liberados con permiso de permanecer en Estados Unidos por seis meses, debido a su situación en Honduras. Aunque su estancia haya sido corta, Rivera dice que desarrolló fobias extrañas.

La mortadela y el queso americano, dice. Cada vez que lo veo me acuerdo del centro de detención. No puedo ni verlos.

Un hogar en Charlotte

Rivera lleva 13 años viviendo en Charlotte. En su penúltimo año de secundaria en el , recibió su permiso de DACA, el mismo año en el que el programa fue establecido por el gobierno del entonces presidente Barack Obama. Después de graduarse de la secundaria South Mecklenburg, Rivera decidió permanecer cerca de casa para no dejar sola a su mamá. Estudió por un tiempo en el campus de Charlotte de la Connecticut School of Broadcasting, mientras que sus compañeros de clase estudiaban en otras ciudades. Sin embargo, la realidad financiera de ser indocumentado fue inevitable, y el no calificar para ayuda financiera federal le afectó mucho. Se retiró de sus estudios sin poder completar su carrera y con una deuda de 9,000.

Lo que pagaría una persona ciudadana por un solo curso, yo estaría pagando el triple, dijo Rivera. Esa situación me afectó mucho y me sentía avergonzado.

Si los beneficiarios de DACA llegasen a recibir asistencia para convertirse en ciudadanos, Rivera dice que volvería a retomar sus estudios, pero estudiando Justicia Criminal y así convertirse en policía, una decisión que muchos de sus amigos desaprueban.

Sólo quiero poder ayudar a las personas. Sé que está pasando mucho entre los policías y la comunidad, pero como le digo a mis amigos, no todos los policías son iguales. Yo puedo marcar la diferencia. No soy como los malos, dijo Rivera.

Mientras ese sueño se cumple, Rivera ayuda a la comunidad como miembro del coro de su iglesia, como voluntariado, y trabajando en vecindarios inmigrantes latinos para motivarlos a completar el censo sin importar su estatus legal.

Laura Brache es una corresponsal bilingüe de Report for America cubriendo temas de inmigración y la comunidad latina en Charlotte para WFAE 90.7 FM y La Noticia. Report for America es una organización sin fines de lucro que destina periodistas a reportar sobre los temas y las comunidades que más lo necesitan.

Periodista de La Noticia y WFAE, reporta sobre inmigración y la comunidad Latina en el área de Charlotte. Miembro del cuerpo de periodistas de Report for America 2020-2021. lbrache@lanoticia.com