Las historias de terror son la fascinación de miles de personas, muchos se preguntan si las experiencias paranormales son ciertas, si hay casas embrujadas o existen seres que no son parte de esta dimensión.
Hotel Cecil, muertes, suicidios y asesinatos de este tenebroso lugar
El Hotel Cecil en Los Ángeles entra en esta categoría, las historias y mitos que giran alrededor de este lugar son famosos en todo el país, no sólo por lo increíble que pueden resultar, sino porque todas tienen decenas de preguntas en el aire de cómo sucedieron.
Al Hotel Cecil también le llaman el Hotel Muerte o El Suicidio, se encuentra en el barrio de Skid Row, en Los Ángeles y comenzó a dar servicio desde 1924, cuando los hoteleros William Banks Hanner, Charles L. Dix y Robert H. Schops decidieron construir este inmueble que era uno de los de mayor lujo en la ciudad.
Hasta Netflix realizó un documental del hotel, el cual se centra en la muerte de Elisa Lam, una turista que murió en extrañas circunstancias y que apareció en una de las cisternas del inmueble en 2013.
El caso de Elisa Lam, un miste|rio sin resolver
En realidad, Elisa Lam no murió en el Hotel Cecil sino en el Hotel Stay on Main, el cual era una división de este edificio para recuperar parte del funcionamiento que había perdido por las múltiples historias de terror que giran en él.
Lo último que se supo de Elisa Lam es que se encontraba en un elevador, pero tenía un comportamiento extraño y así lo demuestra el video que grabaron de ella con la cámara de seguridad.
Este video dio pie a múltiples teorías del comportamiento de Elisa Lam, pero hasta la fecha, nadie ha descubierto la verdad detrás de la muerte de la canadiense de 23 años.
Por otra parte, W.W. Paden, responsable de la construcción del Hotel Cecil tardó años en terminar las 700 habitaciones que darían alojamiento, donde estrellas de cine, grandes hombres de negocios, turistas y políticos vieron su interior.
Para la década de los 30, la Gran Depresión provocó que el Hotel Cecil se hiciera más económico para ciertos sectores, ya que llegó a albergar la parte más decadente de Los Angeles debido a que pocos pagarían una habitación en aquella época.
Las décadas de los 30 y 40, las más oscuras del Hotel Cecil
La época más oscura del Hotel Cecil es en los 30 y 40. Una de las historias más sonadas es la de la joven actriz Elizabeth Short, quien días antes de morir se encontraba en el lugar tomando una copa y días después apareció sin vida.
El primer suicidio del que se tiene registro en el Hotel Cecil fue en el año 1931. W.K. Norton, apareció muerto en su habitación tras haber ingerido pastillas con veneno.
No tardó ni un año cuando un joven de 25 años llamado Benjamin Dodich se dio un tiro en la cabeza para quitarse la vida. Louis Borden, un sargento del ejército también cometió suicidio en el lugar dejando algunas cartas.
Para 1937, el Hotel Cecil era un lugar de mala muerte. Grace Magro se lanzó por una de las ventanas del hotel, pero quedó colgado de los cables de electricidad que había afuera.
Iniciados los años 40, Dorothy Seger, de 45 años, acabó con su vida. Una de las historias más extrañas es la de Dorothy Jean Purcell y su novio. La chica dio a luz en el baño a un bebé y después lo arrojó por una ventana creyendo que estaba muerto.
El caso más sonado es el de Elizabeth Short, la Dalia Negra, víctima que apareció diseccionada desde los labios hasta las orejas, además que el cuerpo no tenía el corazón, intestinos y le faltaba un brazo.
Richard Ramírez, uno de los asesinos más sanguinarios fue huésped en el Hotel Cecil
Una década más tarde, Goldie Osgood, una operadora telefónica jubilada de 79 años la encontraron muerta cuando hacían la limpieza.
La mujer tenía signos de violación, además que fue apuñalada y estrangulada. La policía encarceló a un hombre, pero jamás se demostró fuera culpable.
Otro caso que llamó la atención fue el de Richard Ramírez, uno de los asesinos en serie más sangrientos de la historia del país y que se alojó en el hotel durante varias semanas por $14 la noche.
En su habitación mató a 14 personas, pudo ser detenido gracias a que una de sus víctimas sobrevivió y lo denunció.
Jack Unterweger, otro asesino que merodeaba en el hotel
Ya en los 90, parecía que las cosas se calmaron, pero Jack Unterweger llegó al Cecil. Este era un matón que había quedado en libertad y fue contratado como reportero por un medio australiano.
Según los testimonios de la época, Unterweger estaba en Los Angeles para investigar algunas situaciones que había encargado el diario, pero en lugar de realizar su trabajo, violó y asesinó a varias prostitutas.
Una vez que fue aprehendido por el FBI, Unterweger fue condenado a cadena perpetua y decidió suicidarse en su celda.
En 2014, el hotel fue vendido a Richard Born, quien pretendía remodelar el hotel, pero eso no ocurrió. El condado de Los Angeles nombró al lugar como patrimonio histórico y fue cerrado en 2017.