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Desde el Vaticano el Papa Francisco recitó una oración especial por el fin de la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia.

Se trata de una declaración compuesta por el arzobispo italiano de Nápoles, Domenico Battaglia, aunque Francisco le hizo algunas adiciones menores.

A través de la plegaria el Papa le ruega a Dios que perdone a toda la humanidad por la brutalidad de la guerra. Agregó que un conflicto transforma a nuestras manos en instrumentos de muerte, cuando realmente fueron creadas para cuidar lo que nos rodea.

Antes de recitar la oración, el Papa Francisco invitó a los cristianos a "pedir perdón a Dios y que les conceda la paz" en medio del dolor de la guerra en Ucrania.

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Vaticano News ofreció una traducción no oficial de la oración del Papa Francisco para pedir el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania:

Perdónanos por la guerra, oh Señor.

¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros pecadores!
¡Señor Jesús, nacido a la sombra de las bombas que caen sobre Kiev,

ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, que moriste en los brazos de una madre en un búnker en Kharkiv,

ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, un joven de 20 años enviado al frente,

ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, que aún contemplas manos armadas a la sombra de tu Cruz,

ten piedad de nosotros!

Perdónanos, oh Señor.

Perdónanos, si no estamos satisfechos con los clavos con los que crucificamos Tus manos, mientras continuamos apagando nuestra sed
con la sangre de los mutilados por las armas.
Perdónanos si estas manos que creaste para cuidar

se han transformado en instrumentos de muerte.
Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestro hermano;

Perdónanos, si seguimos como Caín recogiendo las piedras
de nuestros campos para matar a Abel.
Perdónanos, si seguimos justificando nuestra crueldad con nuestro trabajo,

si legitimamos la brutalidad de nuestras acciones con nuestro dolor.
Perdónanos por la guerra, oh Señor. Perdónanos por la guerra, oh Señor.

¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, te imploramos! ¡Retén la mano de Caín!
Ilumina nuestras conciencias;
Que no se haga nuestra voluntad;
¡No nos abandonéis a nuestras propias acciones!

¡Detennos, oh Señor, detennos!
Y cuando hayas detenido la mano de Caín, cuida también de él. Él es nuestro hermano.
¡Oh Señor, pon fin a la violencia!
¡Detennos, oh Señor!
Amén.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com