La Virgen Niña, también conocida como Divina Infantita, es una advocación mariana cuya oración que ha ganado gran popularidad en la fe católica. Se trata de una representación de la Virgen María en su niñez, que transmite una imagen de ternura y dulzura que ha cautivado a los fieles por muchos siglos.
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¿Quién es la Virgen Niña?
La Virgen Niña es una representación artística de la Virgen María en su niñez. Esta imagen es una muestra de la bondad y la ternura de la Madre de Dios, y se ha convertido en un símbolo de la protección y el amor materno.
Esta advocación mariana tiene sus orígenes en la tradición medieval, pero México es el país en Latinoamérica que ha popularizado su devoción. Se dice que la monja Sor Magdalena de San José reflexionó sobre por qué a la Virgen María no se le hacía un pesebre como al Niño Jesús, y comenzó a venerarla el 8 de septiembre.
¿Qué se le pide a la Divina Infantita?
La devoción a la Virgen Niña se asocia con numerosas peticiones y gracias. Entre las más comunes se encuentran la salud, la protección, la paz y la prosperidad. Muchos fieles han relatado experiencias milagrosas después de orar a la Virgen Niña, y la imagen se ha convertido en un símbolo de esperanza y fe.
La devoción a la Virgen Niña también se asocia con la protección de los niños y la familia. Se cree que la imagen de la Virgen en su niñez tiene un poder especial para proteger a los más vulnerables y necesitados, y por eso muchas personas acuden a ella en busca de ayuda y consuelo.
¿Cuál es la oración a la Virgen Niña o Divina Infantita?
La oración a la Virgen Niña es una de las más populares en la fe católica. Esta oración es un llamado a la protección y el amor materno de la Madre de Dios, y se cree que tiene el poder de conceder gracias y peticiones. La oración a la Virgen Niña es la siguiente:
"Virgen Niña, Madre de Dios,
concédeme la gracia que te pido (hacer aquí la petición).
Tú que eres la fuente inagotable de ternura y amor, escucha mi oración y no me desampares en esta necesidad.
Te lo pido con todo mi corazón, confiando en tu amor y tu bondad.
Amén."
Oración para pedirle protección a la Divina Infantita
¡Oh Amadísima Madre Nuestra Recién Nacida!
Tú, que con la grandeza de niña infanta,
me proteges siempre con tu Celestial presencia.
A Ti acudo en este día, para hacerte entrega de este, mi corazón.
Lo dejo en tus delicadas manos, para que por tu intercesión,
lo pongas a disposición de tu Hijo Jesucristo.
Deseo fervientemente, complacer a este humilde corazón,
con las virtudes que aún necesita,
fortaleciendo a las que faltan por madurar,
y ratificando las ya consolidadas.
Amén
Oración a la Divina Infantita ante los problemas
Oh Divina Infantita, tú que entiendes y conoces los problemas y dificultades que yo enfrento hoy. Te pido humildemente que me des tu bendición, tu amor y tu compasión.
Ayúdame a encontrar el consuelo de tu luz en la oscuridad que me rodea.
Dame sabiduría para saber qué es lo mejor para mí en esta situación.
Bríndame la fortaleza para enfrentar los desafíos que se me presentan.
Dame la paciencia y la serenidad para poder ver la solución a mi problema.
Empuja mis límites para que crezca mi fe y mi esperanza.
Llena mi alma de confianza y amor para que siga adelante con valentía.
Muéstrame el camino correcto para que pueda salir de esta situación con tu ayuda.
Te doy las gracias por escuchar mis oraciones y por estar siempre a mi lado.
Amén.
Oración a la Divina Infantita para casos difíciles
Que la luz que ilumina mi camino hacia Tu Presencia, Divina Infanta, sea la misma luz de amor, verdad y paz, que sensibilice a todo aquel que se niegue a reconocer en una Niña, el amor de Madre, alejando sus miedos, sus rencores, y sus odios, para que conozcan y reconozcan en Ti, la salvación de sus almas.
Danos la sabiduría de mirarnos internamente, y reconocer el mal que hicimos, pero también, el bien que dejamos de hacer, que la conversión sea por siempre sincera, pero sobre por todo, constante y eterna.
Haznos conocer y reconocer que la oración es el único camino con luz, ante tanta dificultad y obstáculos que esta vida nos presenta.
Amén
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