El 29 de septiembre se celebra el Día de San Miguel, Rafael y Gabriel, los Santos Arcángeles mencionados en la Biblia como los misioneros más importantes de Dios. Desde el 20 de septiembre se celebra la novena para pedir por la protección contra los peligros del alma y del cuerpo y para ser liberado de todo mal.
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Novena a San Miguel Arcángel Día a Día
Todos los días se inicia la novena con:
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
(Oración inicial)
Yo pecador… San Miguel, Primado entre los Príncipes del Cielo, te ofrezco mis alabanzas y devoción, porque Dios te ha creado tan excelente y tan perfecto y te ha dotado de un celo tan grande por su gloria y de una sumisión tan admirable a sus divinos decretos.
Oración a San Miguel Arcángel, por de León XIII
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido,
arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.
Celestial y purísimo Mensajero de Dios,
alcánzame de los Sagrados Corazones de Jesús y María
un verdadero amor por Ellos, la sumisión a la divina Voluntad y la gracia de…
(hágase aquí la petición que se desea obtener con la novena).
(Rezar un Padrenuestro, tres Avemarías y Gloria)
Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros Tu reino. Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.
(Terminar con el rezo de la oración del día correspondiente)
Primer día de la novena – en honor de los Serafines
San Miguel Arcángel, lleno de la sabiduría de Dios, fuerte en la batalla, ven en mi ayuda, sostenme en las dificultades, en las pruebas, cuando sufra, cuando dude, cuando llore. Obtén para mí el valor, la fuerza, la voluntad, para que no sea derrotado. San Miguel Arcángel, sé mi defensor y protector contra las fuerzas del mal.
Gloriosísimo Príncipe de las huestes celestiales, San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla contra los príncipes y las potencias, contra los gobernantes de este mundo oscuro, contra los espíritus malignos que pululan por los aires. Acude en ayuda de los hombres que Dios ha hecho a imagen y semejanza de Su propia naturaleza, y que ha redimido a gran precio de la tiranía del diablo. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. María Inmaculada, Madre y dulce Medianera, Reina de los Cielos, humildemente te suplico intercedas por nosotros. Ruega a Dios que envíe a San Miguel y a sus ángeles para apartar los obstáculos que se oponen al reinado del Sagrado Corazón en el mundo.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Segundo día de la novena – en honor de los Querubines
San Miguel, Príncipe de la Milicia de los Ángeles, te invoco, escúchame.
Te ruego que, en el último día, acojas mi alma en tu santísima custodia y la conduzcas al lugar del consuelo, la paz y el descanso, donde las almas de los Santos esperan con inefable alegría el juicio venidero y la gloriosa resurrección. Ya sea que hable o permanezca en silencio, ya sea que mire, camine o descanse, guárdame en el desempeño de todas mis obras, en todos los actos de mi vida. Presérvame de las tentaciones de los demonios y de las penas del infierno.
San Miguel Arcángel, terror de los demonios, ven en mi ayuda en la lucha que debo librar cada día contra mis faltas, contra las malas influencias que me asaltan por todas partes. Ayúdame a superar las tentaciones y a librar el buen combate con perseverancia y confianza para mi mayor bien. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ángel de los Santos combates, te ofrezco mis alabanzas y devoción por la inefable complacencia con que Dios os mira como defensor de su gloria.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Tercer día de la novena – en honor a los Tronos
Gran defensor del pueblo cristiano, San Miguel Arcángel, para cumplir dignamente la misión que se te ha confiado de defender a la Iglesia, dígnate abatir la herejía, exterminar los cismas y confundir la incredulidad.
Multiplica tus victorias sobre los monstruos infernales que quieren destruir nuestra Fe.
Que la Iglesia de Jesucristo acoja a nuevos fieles y reúna reinos enteros para que pueble el cielo con almas escogidas, para mayor gloria del divino Redentor, a quien tú mismo debes tus triunfos, tus méritos y tu felicidad eterna.
San Miguel Arcángel, fiel servidor de Dios, humilde y leal a tu Creador, te levantaste y luchaste contra Lucifer, el rebelde, el soberbio. Sé mi apoyo y mi fuerza en la lucha contra el mal. Enséñame a alabar, a amar y a servir al Señor, nuestro Dios, con humildad, confianza, fidelidad y amor. Amén
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ángel de la Victoria, con devoción te alabo por la alegría con que Nuestro Señor Jesucristo te ve como celoso defensor de su divinidad y las victorias que consegues sobre los enemigos de nuestras almas.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Cuarto día de la Novena – en honor a las Dominaciones
Oh, tú que eres el Príncipe y Portaestandarte de los ángeles buenos, ayúdame siempre con tu bondad y sálvame.
De las legiones del ángel de las tinieblas presérvame, para que bajo tu guía pueda compartir la luz de los ángeles buenos.
Ante el trono del Juez Supremo, sé mi defensor, defiende mi causa y aleja la ira del justo vengador.
Por ti, que mi trabajo, mi descanso, mis días y mis noches tengan prosperidad; que mi mente esté siempre dispuesta para las obras de Dios.
San Miguel Arcángel, Ángel de la Paz, en la batalla del cielo has reunido a los ángeles fieles para derrotar a Satanás y alabar a Dios con alegría y paz; te pido especialmente que intercedas por el reino de la paz en los corazones, las familias, la Iglesia, las naciones y el mundo. Que venga el Reino de paz y amor de Cristo nuestro Salvador. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ministro del Altísimo, con devoción te alabo por la ternura con que te mira la Santísima Virgen viendo los combates que has librado y librarás sin cesar para establecer el reinado de su amado Hijo, Dios y Redentor nuestro, en el mundo.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Quinto día de la novena – en honor a los Potestades
San Miguel Arcángel, eres tú a quien la santa Iglesia venera como su guardián y protector. Es también a ti a quien el Señor ha confiado la misión de introducir a las almas redimidas en la dicha celestial.
Ruega, pues, al Dios de la Paz que aplaste a Satanás bajo nuestros pies para que no pueda seguir encadenando a los hombres y dañando a la Iglesia.
Presenta nuestras oraciones al Altísimo, para que el Señor se apiade de nosotros sin demora.
Agarra al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y échalo al abismo encadenado, para que no engañe más a las naciones.
San Miguel Arcángel, benefactor de los pueblos que te honran, estate siempre a mi lado. Enséñame a vivir en incesante comunión de corazón y mente con el Señor, en paz con mis hermanos. Presenta mis humildes oraciones y súplicas a Dios. Reza conmigo, reza por mí, apóyame. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Guardián del Cielo, te alabo con devoción por la veneración, el amor y el honor que te rinden las jerarquías celestiales de las cuales eres augusto Príncipe.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Sexto día de la Novena – en honor a las Virtudes
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, para que no perezcamos en el día del temido juicio.
Glorioso Príncipe, acuérdate de nosotros y ruega al Hijo de Dios por nosotros en todas partes y siempre.
Cuando luchabas contra el dragón, se oyó desde el cielo la voz de los que decían: «¡Salve, honor y gloria a Dios Todopoderoso!». El mar se levantó y la tierra tembló cuando bajaste del cielo. Acude en ayuda del pueblo de Dios.
San Miguel Arcángel, nuestro apoyo en la lucha contra el mal, ve la feroz y continua batalla que las fuerzas del mal libran contra los hijos de Dios. Te ruego que intercedas por nosotros, que apoyes a los despreciados, a los rechazados, a los perseguidos, para que permanezcan fieles al Señor. Obtén para ellos, obtén para nosotros, valor, confianza, perseverancia. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ángel del Santo Sacrificio, te alabo con devoción por el honor que te ha hecho nuestro Señor Jesucristo confiándote la custodia de la Iglesia, su querida esposa y te ofrezco el reconocimiento y amor que la Santa Iglesia te profesa.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Séptimo día de la novena – en honor de los Principados
Oh San Miguel, tres veces santo Príncipe de la Sagrada Milicia, Dios te ha encargado la organización y dirección de las huestes angélicas, dignísimo de toda adoración, alabanza y encomio.
Ilumina mis sentidos internos, fortalece mi pobre corazón, atribulado por las tormentas de esta vida; eleva mi mente, inclinada hacia las cosas de la tierra, a las alturas de la sabiduría celestial; asienta mis pasos en el camino que conduce al Cielo; cura las heridas de mi alma; elimina de mi alma la huella de tantos pecados que engendran en mí la miseria y la desgracia.
San Miguel Arcángel, guardián y patrón de la Santa Iglesia, ve hoy la Iglesia de Cristo, a veces desafiada, criticada por las fuerzas del mal. San Miguel, apoya al Vicario de Jesucristo y a todos los fieles en comunión con él. Ilumina a los que dudan y vacilan. Sé hoy y siempre el defensor y protector de la Santa Iglesia de Cristo. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Portador del estandarte de salvación, te ofrezco mis alabanzas con devoción por la importante misión que Dios te ha dado al confiarte las almas de todos los predestinados, defendiéndolas en la hora de la muerte de los asaltos del infierno, presentándolas ante Dios enteramente puras.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Octavo día de la Novena – en honor a los Arcángeles
Arcángel San Miguel, cuya misión es recoger nuestras oraciones, dirigir nuestras batallas y pesar nuestras almas, rindo homenaje a tu belleza.
Es tan similar a la de Dios, que después de Su Verbo eterno ningún otro Espíritu celestial puede compararse a ti.
Tu voluntad se une armoniosamente a la del Corazón Inmaculado de María, para el bien del hombre.
Defiéndeme contra los enemigos de mi alma y mi cuerpo. Hazme sentir el consuelo de tu asistencia invisible y los efectos de tu ternura vigilante.
San Miguel Arcángel, cuya oración conduce al bien, ve nuestra oración como algo humano y comprensible cuando nos quitan a un ser querido. Tú eres nuestro intercesor ante Dios, reza intensamente por el descanso de las almas de nuestros queridos difuntos y por el consuelo de los que los lloran. Que el Dios de la Misericordia los reciba en la felicidad de la vida eterna. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ángel de la Paz, te alabo con devoción por toda la fuerza, la dulzura y suavidad encerradas en tu santo nombre, delicia de tus verdaderos devotos.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.
Noveno día de la Novena – en honor de los Ángeles
Glorioso Arcángel Miguel, eres el gran celador de la gloria de Dios y protector de la Iglesia universal.
El Todopoderoso te ha confiado la misión de recibir a las almas cuando abandonan el cuerpo, para presentarlas al Juez más justo. Por favor, ayúdenme en mi última lucha.
Acompañado de mi buen Ángel Custodio, ven en mi ayuda, y aleja de mí todos los espíritus infernales.
No dejes que me asusten entonces. Fortaléceme en la Fe, la Esperanza y la Caridad, para que mi alma, llevada por ti a su juez, sea introducida de inmediato en el lugar de descanso, para reinar allí eternamente con su Redentor. Amén.
San Miguel Arcángel, tú introduces las almas en la luz eterna. Cada segundo las almas abandonan esta tierra de exilio; estén con los moribundos que libran la última batalla contra el príncipe de la mentira y del mal, que querría arrastrarlos al abismo. Con María, la Virgen Inmaculada, esté con nosotros para asistirnos en la hora del gran paso a la eternidad. Presenta nuestra alma al Dios de la Misericordia y del Amor. Amén.
Confiando en la intercesión de tu bendito Arcángel Miguel, te ruego, Señor, que me concedas la gracia de amarte por encima de todo y de servirte con gracia y verdad. San Miguel, Ángel del Perdón, te alabo con devoción por los inmensos beneficios que has derramado sobre nuestra Patria, siempre que ésta ha sido fiel a Dios, así como por la abnegación, reconocimiento y amor que te rinden vuestros servidores. Te suplico de los Corazones de Jesús y de María aumenten tus devotos para obtener la salvación.
San Miguel Arcángel, ilumínanos con tu luz. Protégenos con tus alas. Con tu espada defiéndenos.